Imagen: José Raúl Mulino, presidente de la República de Panamá-LP
El Gobierno panameño, liderado por José Raúl Mulino, ha anunciado que suspende las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), establecidas en 1978, cuando Panamá, liderado por el teniente coronel Omar Torrijos, se convirtió en el primer país del continente americano en reconocer a la RASD y alojó en 1980 la primera Embajada saharaui en América.
Sin embargo, en 2013, el entonces presidente, Ricardo Martinelli, congeló las relaciones diplomáticas, que fueron restauradas en 2015 con el gabinete de Juan Carlos Varela.
Según el comunicado, el Ministerio de Exteriores de Panamá ha indicado lo siguiente: “La República de Panamá, privilegiando el interés nacional y fiel a los principios fundamentales de su política exterior, reafirma su convicción con los propósitos y valores que orientan el multilateralismo y reitera su voluntad de continuar apoyando los esfuerzos promovidos por el secretario general y la comunidad internacional, en el marco de las Naciones Unidas, con miras a lograr una solución pacífica, justa, duradera y aceptable para las partes involucradas en la cuestión del Sáhara Occidental, incluida la libre determinación de su pueblo”. Asimismo, ha mostrado su “compromiso con el diálogo y la cooperación multilateral, en plena observancia a una política exterior constructiva y orientada a fortalecer la paz y la seguridad internacionales”.
Esta decisión favorece la posición de Marruecos
Este movimiento político beneficia a Marruecos, país que considera el Sáhara Occidental parte de sus provincias del sur y que valora al máximo el asunto de la soberanía de la zona en defensa de su integridad territorial. Marruecos plantea un Plan de Autonomía para el Sáhara Occidental que ha recibido el respaldo de más de 100 países, entre ellos potencias como Estados Unidos, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Israel, Alemania o España, que la consideran como la más seria, creíble y realista para solucionar el problema territorial saharaui.
Ante ello, la RASD y el Frente Polisario abogan por la celebración de una consulta electoral entre la población saharaui para decidir sobre su soberanía, algo de difícil materialización por problemas como el de la elaboración de un censo electoral, ya que hay una importante comunidad saharaui alojada en las denominadas provincias del sur marroquíes y otra parte más reducida que se ubica en campamentos de refugiados en la vecina Argelia donde padecen unas difíciles condiciones de vida, como han apuntado diversos analistas.