La adhesión de Ucrania a la OTAN es una realidad cada vez más palpable, tal y como proclamó la alianza la semana pasada en Washington, donde se afirmó que la unión es “irreversible”. Además, en la misma cumbre, los 32 miembros de la OTAN prometieron más armas y apoyo a Kiev en su “camino irreversible hacia la plena integración euroatlántica”.
La respuesta de Rusia, esta vez en palabras del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia Dimitri Medvédev, uno de los halcones de Vladímir Putin, ha sido amenazar con la guerra en caso de que esto ocurriese.
Si el domingo quien fuera jefe de Estado ruso entre 2008 y 2012 vaticinaba que el expresidente estadounidense Donald Trump vencerá en las elecciones del 5 de noviembre, ahora Medvedev ha pedido este miércoles a la OTAN que renuncie a incorporar a Ucrania a sus filas si quiere evitar que el planeta “se rompa en pedazos”.
«Esto, en esencia, sería una declaración de guerra, aunque con retraso. Las acciones que los adversarios de Rusia llevan años tomando contra nosotros, ampliando la alianza… llevan a la OTAN al punto de no retorno«, advirtió.
Siguiendo la línea habitual del Kremlin desde que comenzó la guerra en 2022, Medvedev aseguró que Rusia no tenía intención de amenazar a la OTAN, pero que tampoco dudaría en responder a sus acciones: «Cuanto más se produzcan estos intentos, más duras serán nuestras respuestas. Que esto haga pedazos el planeta entero depende únicamente de la prudencia de la parte (de la OTAN)».
Rusia habla de “apocalipsis nuclear”
Durante su presidencia, de 2008 a 2012, Medvedev fue considerado un modernizador prooccidental, pero durante la guerra se ha volcado con su país, advirtiendo a EEUU y sus aliados que su suministro de armas a Kiev podría conducir a un «apocalipsis nuclear».
«Cuantas más armas se suministren, más peligroso será el mundo, y cuanto más destructivas sean estas armas, más probable será el escenario de lo que comúnmente se llama apocalipsis nuclear«, advertía ya el año pasado.
China intenta mediar
Ante la escalada de tensión, China ha lanzado un mensaje de calma y ha llamado al consenso entre la OTAN y Moscú. En concreto, ha sido el ministro chino de Exteriores Wang YI quien instó a las partes a bajar el tono y habló además del papel “constructivo” que Budapest está realizando en la crisis ucraniana.
«Todas las partes deben llegar a un consenso lo antes posible sobre los principios de no expansión del campo de batalla, de no escalada y no avivar las llamas, para crear las condiciones de un alto el fuego y reanudación de las conversaciones de paz», propuso Wang.
El jefe de la diplomacia china hizo un anuncio importante en este sentido. Indicó que Pekín está listo para cooperar con Hungría y «reunir a más fuerzas que apoyen la paz» y así «avanzar hacia una solución política» de la guerra.