El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, ha lanzado una advertencia directa a Vladimir Putin: tarde o temprano, Rusia tendrá que negociar el fin de la guerra en Ucrania. Durante una cumbre con líderes de 25 países, incluidos representantes de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, Starmer enfatizó la necesidad de fortalecer a Kiev y presionar al Kremlin para que acepte un alto el fuego inmediato.
La reunión, celebrada de manera telemática desde Downing Street, marca un punto de inflexión en la estrategia occidental. El mandatario británico anunció una nueva convocatoria el próximo jueves en Londres, en la que se debatirá la posibilidad de enviar tropas a Ucrania bajo una “coalición de voluntarios”. Este paso, según Starmer, es clave para garantizar el cumplimiento de cualquier acuerdo de paz que pueda alcanzarse en el futuro.
Putin dilata las negociaciones mientras Rusia gana terreno
Mientras las potencias occidentales exploran nuevas formas de apoyo a Ucrania, Moscú sigue endureciendo sus exigencias. Entre las condiciones impuestas por el Kremlin para negociar la paz se encuentra la salida del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el aplazamiento de cualquier acuerdo hasta al menos 2026. La estrategia rusa parece centrarse en prolongar el conflicto mientras mantiene la ventaja en el frente de batalla.
El ejército ruso ha intensificado sus ofensivas en la región de Kursk, expulsando a las fuerzas ucranianas de varias posiciones clave. Este sábado, el Kremlin anunció la “liberación” de dos nuevas localidades en la zona, mientras la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, advirtió que cualquier despliegue de tropas europeas en suelo ucraniano sería interpretado como una declaración de guerra contra Rusia.
Divisiones en Occidente y la postura de Trump
El debate sobre el nivel de implicación militar occidental en Ucrania sigue generando tensiones. Mientras Starmer aboga por una estrategia más firme, otras potencias muestran reservas ante el riesgo de una escalada directa con Rusia. Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, ha mantenido una postura ambigua. Recientemente, el exmandatario solicitó públicamente a Putin que permitiera la retirada de las tropas ucranianas atrapadas en el frente, declaraciones que fueron inmediatamente desmentidas por el alto mando de Kiev.
Con Ucrania resistiendo sobre el terreno y las potencias occidentales divididas sobre cómo proceder, el conflicto sigue sin una solución clara a la vista. La próxima reunión en Londres será clave para definir si la “coalición de voluntarios” se convierte en una realidad o si las potencias occidentales continúan apostando por la presión diplomática y el apoyo financiero.
