Imagen: El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, durante una rueda de prensa. Unión Europea
El alto representante para Política Exterior de la UE Josep Borrell quiere que los ministros de Exteriores den el lunes el visto bueno a su propuesta de suspender el diálogo político con Israel como elemento de presión para que el Estado hebreo mejore su respeto por los derechos humanos en el marco del conflicto en Gaza, extendido ahora a Líbano. Así consta en el borrador de decisión del Consejo que su equipo ha elaborado de cara a la cita del lunes en Bruselas, y en la que asegura que la medida es meramente política, sin consecuencias financieras.
La justificación de la medida propuesta por Borrell -que no supone la suspensión en sí de todo el Acuerdo de Asociación, que marca las relaciones de la UE con Israel desde 2000, sino solo del diálogo político, es la conclusión a la que ha llegado el Servicio Europeo de Acción Exterior tras analizar durante meses las acciones del Gobierno de Benjamín Netanyahu en materia de derechos humanos en el marco del conflicto en Oriente Próximo: Israel “no ha respondido de manera suficiente” hasta la fecha (noviembre) a las inquietudes manifestadas por Bruselas. De ahí que, acota, “la UE debería invocar la cláusula de derechos humanos para suspender el diálogo político con Israel”.
La decisión en sí, según el borrador, es muy corta: apenas tres artículos en los que decide la suspensión del “diálogo político con Israel”, que esta medida podrá ser discutida en el Consejo de Asociación “si Israel así lo requiere” y la entrada en vigor de la misma en cuanto sea publicada en el Diario Oficial de la UE.
Alemania y otros países rechazan la medida
El Gobierno de Alemania ha rechazado de plano la propuesta de Borrell. “Siempre estamos a favor de mantener abiertos los canales de diálogo. Por supuesto, esto también se aplica a Israel”, ha reaccionado este jueves el Ministerio de Exteriores germano a la carta con la propuesta enviada la víspera por Borrell. Para Berlín, el Acuerdo de Asociación es el “marco adecuado” precisamente para atender este tipo de cuestiones y cerrar esa vía de diálogo “no ayuda a nadie”. En una entrevista televisada, la jefa de la diplomacia alemana, Annalena Baerbock, ha adelantado su “no” a Borrell, aunque ha indicado que su Gobierno sí contempla acciones contra ministros israelíes a título individual por posibles violaciones del derecho internacional.
Otros países también han expresado su malestar a la propuesta, inspirada en la demanda realizada en febrero por España e Irlanda, en un grupo de países -bastante más amplio que el tradicional núcleo duro de Estados reticentes a criticar a Israel que componen Alemania, Austria, Hungría y República Checa- que consideran que no ayudará a resolver el conflicto y hará que se visibilice más aún la división que esta cuestión provoca en el seno de los Veintisiete. El temor es que este paso, que lamentan ha llegado “sin aviso previo”, complique también el aterrizaje de la sucesora de Borrell, la estonia Kaja Kallas, a la cabeza de la diplomacia europea.