Una red de ciberdelincuentes decidió suplantar a una multinacional neerlandesa para cometer un inusual robo: 78.000 kilos de pollo ultracongelado. La mercancía fue transportada más de 4.000 kilómetros, desde Finlandia hasta diversas localizaciones en España, como Madrid, Valencia y Arahal, en Sevilla. Este elaborado plan fue ejecutado sin que los delincuentes se mancharan las manos.
Un detenido perseguido por la UE
La Policía Nacional, tras una exhaustiva investigación, ha detenido a tres individuos en Madrid y ha recuperado 51.000 kilos de la carne, valorada en 191.000 euros en el mercado negro. Entre los arrestados se encuentra un experto informático de 43 años, de origen rumano, implicado en otros ataques a empresas en Polonia y Finlandia, y con una orden europea de detención. Sus cómplices son un español de 58 años y un paraguayo de 44, nacionalizado español.
Contexto y comienzo de la investigación
La investigación comenzó en marzo, tras la denuncia de una empresa lituana que había sido víctima del robo. Los delincuentes se hicieron pasar por empleados de una gran empresa neerlandesa, presentando una fianza convincente y asumiendo el transporte de la mercancía. Aprovechando la confianza generada, desviaron el pollo a Madrid, Valencia y Arahal, donde clientes desconocedores del fraude iban a recibirlo. Sin embargo, en Arahal, el comprador sospechó y rechazó la entrega, obligando a devolver la carga a Madrid.
Los agentes descifraron el entramado de empresas pantalla utilizadas para gestionar la distribución y venta del pollo en España, localizando la mercancía y arrestando a los dos empleados de logística, primero en Madrid. Posteriormente, lograron detener al cerebro rumano, quien intentó huir usando una identidad falsa. Fue entonces cuando descubrieron que el individuo estaba buscado por la Audiencia Nacional por estafa.
En búsqueda de la procedencia del pollo
La investigación continúa, ya que la Policía intenta desentrañar la procedencia de otra cantidad significativa de pollo ultracongelado, procedente de Polonia y Finlandia, aún almacenado en España. Este modus operandi ha sorprendido a los expertos en delitos BEC (Business Email Compromise), generalmente asociados a transferencias fraudulentas de dinero, no a robos de mercancía física.
Delitos de fraude y suplantación de identidad
Dentro de los delitos BEC, los delincuentes emplean varios métodos, como el fraude del CEO o la suplantación de un proveedor confiable, para engañar a empleados y lograr transferencias bancarias o acceso a mercancías. Los expertos recomiendan dotar a los trabajadores de los conocimientos necesarios, cambiar periódicamente las contraseñas y desconfiar de solicitudes de pago urgentes para minimizar estos riesgos.