Los vecinos del distrito de San Blas-Canillejas han expresado su creciente preocupación por el aumento de la inseguridad en el entorno del Parque Paraíso. A pesar del desmantelamiento de los llamados «narcovestuarios» y la retirada de bancos, aseguran que estas medidas no han sido suficientes. Denuncian que un grupo de personas continúa pernoctando en las inmediaciones del parque y la calle Amposta, consumiendo drogas de manera habitual.
Los residentes afirman que los robos y las peleas son constantes, especialmente durante la noche, lo que ha generado un clima de miedo en la zona. «Tenemos miedo de salir a la calle por la noche», comentan algunos vecinos que exigen una intervención más decidida por parte del Ayuntamiento. Entre sus demandas, destaca el incremento de la presencia policial para devolver la seguridad al barrio.
Como medida de protesta, los vecinos se han organizado para salir cada noche con cacerolas y silbatos, con la esperanza de ahuyentar a quienes se han instalado en el parque.
Ante el incremento de las quejas vecinales, la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, ha manifestado que el Ayuntamiento mantendrá un diálogo con los residentes para abordar el problema. Sanz destacó que, además de la labor policial, se están implementando programas de atención a personas con adicciones a través de Madrid Salud, con unidades móviles en las zonas más afectadas.
Asimismo, la vicealcaldesa subrayó la necesidad de una legislación más contundente que permita expulsar de forma inmediata a los responsables de actividades ilícitas en narcopisos.
El origen del incremento de la peligrosidad en San Blas
Los vecinos del barrio de San Blas enfrentan nuevamente una situación alarmante relacionada con el consumo de drogas en su entorno. Tras haber vivido una pesadilla con los «narcovestuarios» okupados, denuncian que ahora los toxicómanos han tomado un parque cercano, incluyendo áreas infantiles, donde consumen sustancias a plena vista de todos.
El problema de las drogas, que parecía haberse resuelto con el desalojo de los narcovestuarios por parte de la policía en febrero, ha resurgido. Los consumidores de drogas han acampado en el parque, generando un ambiente de inseguridad y temor. Los vecinos aseguran que los robos son cada vez más frecuentes y que algunos toxicómanos se introducen en los portales de las viviendas para consumir.
Antes, los bancos del parque Paraíso eran utilizados para estos fines. Tras su retirada en la remodelación, los consumidores han ocupado áreas más cercanas a las zonas infantiles. Los residentes, desesperados, ya no se atreven a llevar a sus hijos a jugar en la calle, temiendo por su seguridad.