El óxido nitroso, más conocido como ‘gas de la risa’, comenzó a hacerse popular hace más de una década en clubes nocturnos del Reino Unido, Países Bajos y festivales del norte de Europa. A medida que los turistas extranjeros trajeron la sustancia a zonas turísticas de España, como Ibiza, el gas fue ganando terreno. Lo que comenzó como una moda en locales nocturnos, pronto se trasladó a otros espacios más informales, como fiestas y botellones, especialmente tras la pandemia, cuando el cierre de discotecas llevó el consumo a casas particulares. La situación ha obligado a las autoridades a incrementar las intervenciones relacionadas con su uso.
Legal, pero peligroso: el complicado control del ‘gas de la risa’
A pesar de ser legal en ciertos contextos, como clínicas dentales o para la elaboración de nata montada en la hostelería, su uso recreativo puede ser peligroso. Inhalado a través de globos, el óxido nitroso actúa como un depresor del sistema nervioso central, produciendo efectos de euforia y relajación, pero también riesgos considerables. La Agencia Española de Medicamentos advierte sobre los peligros del consumo no médico, que puede provocar asfixia, alucinaciones y baja sensibilidad al dolor, entre otros efectos. Aunque el gas se vende legalmente, las autoridades tienen dificultades para regular su uso fuera de estos ámbitos.
Aumento de las incautaciones en la Comunidad de Madrid
En los últimos meses, las incautaciones de óxido nitroso en Madrid han aumentado considerablemente. En abril, la Policía Local de Coslada confiscó 140 bombonas de N2O, y en mayo, agentes en Leganés encontraron botellas usadas en fiestas. En junio, la Policía Municipal de Madrid arrestó al propietario de un after ilegal en el distrito de Chamartín, quien vendía globos de gas a 50 euros. Aunque el óxido nitroso es fácil de adquirir en tiendas o por internet, su distribución masiva en fiestas ha encendido las alarmas, especialmente tras grandes decomisos como los 4.200 kilos incautados en Málaga y 1.800 en Sevilla.
Los riesgos de un consumo aparentemente inofensivo
Aunque el ‘gas de la risa’ se considera de bajo riesgo en dosis moderadas, expertos como Claudio Vidal, director de Energy Control, subrayan los peligros asociados a su uso frecuente o en combinación con otras sustancias. Inhalarlo directamente del cartucho puede causar quemaduras, y la retención prolongada del gas en los pulmones puede generar asfixia. Además, el consumo continuado puede llevar a una deficiencia de vitamina B12, afectando el sistema nervioso. La creciente demanda y los decomisos indican que, aunque su venta es legal, la oferta no siempre lo es.