Silvia Orriols, líder de Aliança Catalana (AC), se autodenominaba «catalana e islamófoba» en una entrevista hace un año. Desde entonces, su partido ha ganado fuerza política, y ahora está en vísperas de entrar en el Parlamento de Cataluña, según las encuestas, gracias a un programa que abraza el independentismo radical y la oposición extrema a la inmigración ilegal.
El plan de AC, organizado en 33 apartados, aborda temas como «Nacionalismo industrial» o «Aran y el occitano«, todos influenciados por el fervor nacionalista. En el punto inicial, «Independencia», afirman que «los catalanes, como pueblo consciente, deben levantarse como un Estado independiente y expulsar a los Estados español y francés de Cataluña». También insisten en la necesidad de una declaración unilateral de independencia y la toma de control del territorio.
El partido de Orriols critica el «saqueo fiscal» de España a Cataluña y promueve acciones para preparar el camino hacia la independencia, como proyectar una imagen de país soberano y fomentar la propiedad catalana del tejido empresarial.
El programa de Orriols
En cuanto al catalán, expresan preocupación por su futuro, advirtiendo que el porcentaje de catalanoparlantes podría disminuir drásticamente en unas décadas. Proponen actualizaciones en la Ley de Política Lingüística de la Generalitat, ofreciendo incentivos fiscales a quienes utilicen el catalán y exigiendo un examen del idioma para obtener un permiso de trabajo.
En educación, abogan por una escuela donde el castellano sea opcional y rechazan regalar el título de C1 de catalán al finalizar la educación secundaria. Para AC, la independencia y la defensa del catalán van de la mano con la necesidad de establecer restricciones a la inmigración, defendiendo una moratoria en la llegada de inmigrantes económicos y una aplicación estricta de la Ley de Extranjería.
De hecho, Orriols ha declarado la necesidad de aislar Cataluña de los flujos migratorios, «deportando a los inmigrantes delincuentes y repatriando a los inmigrantes ilegales».
En declaraciones públicas, Orriols ha criticado fuertemente al islam, expresando preocupación por su expansión y sus valores. Ha sido sancionada por la Generalitat y ha enfrentado críticas por sus opiniones sobre el islam y su visión sobre la inmigración en Cataluña.
Orriols definió a los musulmanes como «absolutamente misóginos, homófobos y antioccidentales», afirmando que representan una amenaza para la forma de vida catalana. Según sus opiniones «El islam es el que deshumaniza a las mujeres, considerándolas provocadoras y pecaminosas y tapándolas con harapos».