El PSOE de Aragón afronta un momento crucial en su historia con la disputa por el liderazgo entre dos figuras clave: Pilar Alegría, actual ministra de Educación y portavoz del Gobierno, y Darío Villagrasa, un destacado miembro de la corriente lambanista. Este último, alcalde de Bujaraloz y portavoz adjunto en las Cortes de Aragón, ha dado un paso al frente en las primarias para suceder a Javier Lambán, quien lideró la federación socialista desde 2012.
Villagrasa, conocido por su perfil conciliador, ha decidido lanzar su candidatura con un mensaje de unión y renovación, marcando distancias respecto a las rencillas internas del pasado. “Quiero abrir un nuevo tiempo desde la fraternidad y el debate de ideas, dejando atrás las etiquetas y las divisiones”, declaró durante su presentación frente al Palacio de la Aljafería, en Zaragoza. Acompañado por Isabel García, ex eurodiputada, y Noemí Villagrasa, ex diputada nacional, el candidato subrayó que su propuesta busca fortalecer al PSOE en Aragón como un proyecto colectivo que trasciende liderazgos individuales.
Su candidatura, que representa la continuidad del legado de Lambán, ha sorprendido a algunos dentro del partido, ya que hace apenas unos meses Villagrasa descartaba públicamente optar al liderazgo. Sin embargo, el panorama cambió tras semanas de reflexión, en las que consultó su decisión con Lambán, según ha reconocido el propio candidato.
Villagrasa enfrentará un reto complejo. Por un lado, cuenta con el respaldo de las federaciones de Zaragoza y Teruel, bastiones tradicionales del lambanismo. Por otro, debe superar la resistencia de sectores críticos en Huesca, donde Alegría ha consolidado apoyos importantes. En su discurso de lanzamiento, el alcalde de Bujaraloz afirmó su intención de recorrer todas las agrupaciones socialistas de Aragón para fortalecer la unidad interna y escuchar las inquietudes de la militancia. Mientras Alegría apuesta por una renovación alineada con la dirección nacional del PSOE, Villagrasa busca mantener una autonomía regional que defienda los intereses de Aragón frente a las políticas de Ferraz. En este sentido, su experiencia como portavoz adjunto en las Cortes y alcalde de un pequeño municipio lo posiciona como un candidato con un fuerte vínculo con el territorio.
Uno de los puntos de tensión entre ambos contendientes es el papel que jugaría el secretario general en la oposición al gobierno del presidente autonómico, Jorge Azcón, del PP. Villagrasa ha defendido que, al estar en las Cortes, tiene una posición privilegiada para enfrentarse directamente al Ejecutivo, algo que Alegría, desde su posición ministerial, no podría hacer.
Las primarias, que se celebrarán el 16 de febrero, serán decisivas para determinar el futuro del PSOE de Aragón. Con cerca de 8.000 militantes llamados a votar, el resultado marcará el rumbo del partido de cara a las elecciones autonómicas de 2027, donde ambos candidatos han señalado como prioridad arrebatar el poder al PP y construir una alternativa progresista sólida en la región.
Villagrasa, de 32 años, asume este desafío con la promesa de revitalizar el PSOE desde la militancia y reforzar su papel como un partido unido y preparado para liderar Aragón en el futuro. Mientras tanto, la contienda con Pilar Alegría se perfila como una de las más intensas y estratégicas en la historia reciente del socialismo aragonés.