Imagen: el snack «Conguitos»- Elnacional.cat
Hasta ahora, en el bar del Parlament de Catalunya, además de cafés, zumos o bocadillos, se podían comprar Conguitos, un snack de cacahuetes bañados en chocolate que se popularizó en la década de los 60 del siglo pasado. Pero ya no.
Al parecer, un cliente del bar —que no era diputado— comentó al encargado del bar que se trataba de un producto que podía verse como racista, y éste, para evitar la polémica, decidió no reponer sus existencias de este famoso snack. Su decisión ha devuelto a la agenda mediática un tema que ya se había abordado de forma recurrente en los últimos años.
La empresa presenta una imagen renovada
La marca Conguitos, que desde 1987 pertenece a la empresa zaragozana Lacasa, cuenta actualmente con más de 70 referencias porque, además del formato clásico, hay conguitos de chocolate blanco, galletas, barritas de proteínas, etc.
En el empaquetado de estos productos ya no queda rastro de la popular caricatura de los niños del Congo que el ilustrador zaragozano Juan Tudela creó en su momento y que, durante años, se usó en infinidad de espacios publicitarios. En 2020, de hecho, una petición de Change.org planteó la conveniencia de rediseñar la imagen de la marca para reducir el estigma racista. Ya en aquel momento la polémica sirvió para que Rocío Monasterio, exlíder de Vox en Madrid, posara comiendo el popular snack en un acto electoral.
En declaraciones a la cadena SER, Mel Solé, profesora de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona (UB) y directora del Máster en Dirección Comercial, Ventas e eCommerce, reconoce que en la sociedad actual, como también ha sucedido con la revisión de algunas películas de Disney, hay «una tendencia a replantear todo».
«Si revisas cosas del pasado, pueden ser sexistas o racistas porque se crearon en los años 50 o 60, y desde entonces la sociedad ha evolucionado mucho. Pero si Lacasa ha hecho un rebranding para alejar la marca del matiz racista peyorativo y ya no aparecen personas negras, considero que se trata de una marca histórica que se puede mantener. Ahora mismo, en España, nadie asociará la palabra conguito a una persona bajita del Congo bajita, y sí a un cacahuete bañado en chocolate que, además, está muy bueno».
El Parlament se desmarca
Por su parte, el Parlament insiste en que esta decisión nada tiene que ver con ellos, sino que procede del propio restaurante y de su gestión interna. Por su parte, desde el negocio, se sustituirá esta ausencia con otros tipos de chocolate como KitKat o Toblerone.
Entre las reacciones políticas a la decisión del bar, destaca la del exdiputado como Germà Gordó, que, en su cuenta de la red social X, ha calificado la medida como lo que ciertamente es, una “estupidez”.