Imagen: Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Yolanda Díaz. Eduardo Parra / Europa Press
El Gobierno acaba de enviar un plan de ajuste a Bruselas, un compromiso marcado por las nuevas reglas fiscales europeas que no contiene mucho detalle pero sí estimaciones ambiciosas. Entre ellas, la promesa de que en España se crearán más de 1,5 millones adicionales de puestos de trabajo hasta 2026, lo que supondrá un nuevo récord de ocupación con un número total de empleados que rozará los 23 millones de personas.
Todo ello, añade el documento, no vendrá acompañado por una disminución de la productividad como ha ocurrido en épocas pasadas. Al contrario. “Los datos más recientes muestran una vuelta a la tendencia de crecimiento estructural de la productividad por hora”, señala el informe, que además proyecta una reducción de la jornada media laboral, una promesa del Ejecutivo de coalición defendida a capa y espada sobre todo por Sumar, su socio minoritario.
El mercado laboral ha crecido a un ritmo medio del 2,6% anual desde la aprobación de la reforma laboral, que entró en vigor a principios de 2022, lo que implicó 780.000 empleos adicionales el año pasado y unos 280.000 el anterior. Estos incrementos también han sido impulsados por la recuperación de la economía tras la pandemia —aunque lastrada por la irrupción de la crisis energética—, y por los fondos europeos.
El Gobierno confía con inmigración para el impulso de la economía y la reforma laboral seguirá tirando del carro
Además de la contribución positiva de la reforma laboral, el Gobierno prevé que la ocupación tenga el impulso de las robustas tasas de crecimiento real de la economía proyectadas para los próximos ejercicios y de la evolución demográfica, con la llegada de importantes flujos migratorios.
La reforma laboral, que reorganiza los contratos y refuerza el uso de la figura del fijo-discontinuo, entre otros asuntos, seguirá siendo el motor que tirará del carro, a la que se sumarán otras iniciativas. En 2025, entrará en vigor la reforma del sistema de prestaciones por desempleo, que según las estimaciones del Gobierno permitirá reducir la tasa de paro estructural. Dentro de esta reforma se incluye un nuevo esquema de incentivos: un nuevo complemento de apoyo al empleo para compatibilizar el subsidio con la actividad.
Otro de los objetivos del Ejecutivo es atraer a profesionales extranjeros cualificados, vista la creciente ola migratoria que llega a España, a través de la simplificación en la homologación de títulos y modificaciones en el sistema de extranjería. El plan de ajuste también menciona el esfuerzo que se pondrá en marcha para “modernizar la formación profesional”, dirigida principalmente a “sectores estratégicos como la economía verde y la industria digital”.