En una reciente serie de reacciones políticas, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha manifestado su fuerte oposición a la «financiación singular» acordada entre Esquerra Republicana de Catalunya, ERC, y el Partido Socialista de Catalunya, PSC, con el objetivo de designar a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
Las declaraciones de García-Page se produjeron el pasado 30 de julio, tres horas después del anuncio oficial de este acuerdo, y se extendieron a lo largo de los días siguientes, reflejando su preocupación sobre lo que considera un grave atentado a la igualdad entre las comunidades autónomas españolas.
A través de la red social X, el presidente Page expresó su sorpresa ante el «aterrador silencio» de sus colegas políticos frente a esta situación, poniendo en evidencia lo que él considera una «falta de respuesta adecuada» ante un desafío a la cohesión del sistema autonómico. «O es un asentimiento intolerable, o un sentimiento de estupefacción como la que tenemos la inmensa mayoría de los españoles», afirmó García-Page, quien ha sido un crítico sobre las decisiones tomadas desde Ferraz, sede del PSOE.
En un contexto de creciente preocupación sobre la financiación autonómica, el presidente de Asturias, Adrián Barbón, también se unió a las críticas apenas 48 horas después del acuerdo catalán. Aunque tradicionalmente alineado con el liderazgo de Pedro Sánchez, Barbón hizo hincapié en su oposición a cualquier modelo que implique la salida de comunidades del régimen común de financiación, y abogó por discutir cualquier modificación al sistema de financiación autonómica en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
El PP no cree en la oposición de los socialistas al cupo catalán
La unión de las voces de oposición en torno a la cuestión de la financiación autonómica resalta las tensiones internas dentro del Partido Socialista y plantea interrogantes sobre la estrategia política de Pedro Sánchez en relación con las comunidades autónomas.
Desde el Partido Popular, algunos observadores se preguntan si la figura de Alberto Núñez Feijóo podría intentar capitalizar estas disidencias de García-Page y Barbón en su ventaja política, aunque la dirección del PP ha declinado confirmar cualquier acercamiento entre su líder y los presidentes mencionados.
Feijóo, ha criticado vehementemente la gestión de Pedro Sánchez y su gobierno, argumentando que «no están intentando avanzar en el Estado autonómico que nos dimos a partir de 1978, sino destruirlo y sustituirlo por un modelo confederal asimétrico».