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El próximo 19 de marzo tendrá lugar la inauguración del nuevo bar de Pablo Iglesias en el barrio madrileño de Lavapiés. Dentro de un contexto convulso en el mundo de la hostelería, surgen las dudas sobre las condiciones bajo las que concurrirá el nuevo templo del “rojerío”.
Una mala situación para la hostelería
La labor de camarero se erige como una de las profesiones más desafiantes en términos de salud y bienestar laboral. En el sector de la hostelería y restauración, se observa una frecuente violación de los derechos de los trabajadores: extensas jornadas laborales, los turnos agotadores que apenas permiten descanso y la escasez de días libres constituyen la cruda realidad para muchos en este campo.
Es una dinámica que se tolera y normaliza, tanto por parte de los empleadores como de los propios camareros. En muchos casos, la falta de conocimiento sobre sus derechos contribuye a perpetuar esta situación. Y es que la mayoría de los trabajadores desconoce cuáles son sus derechos, confiando en experiencias previas en otros empleos o en las quejas de colegas que han logrado mejorar sus condiciones laborales.
Hay que recordar que en años anteriores era el propio Pablo Iglesias quien lamentaba que España se hubiese convertido en un “país de bares y hoteles para turistas centroeuropeos«. Aparentemente, parece haber cambiado de idea tras decidir convertirse en un empresario hostelero.
¿Precios y horarios razonables?
La antigua amiga del podemita, Yolanda Díaz, ha comentado recientemente que “es una locura seguir ampliando los horarios hasta no sabemos qué hora”. La vicepresidenta también ha enfatizado que “no puede ser que exista diferencia que hay de horarios respecto a otros países europeos”.
Por su parte, El presidente de la Asociación de Ocio Nocturno en Madrid, Dionisio Lara, ha resaltado la importancia económica del sector al afirmar que «representa el 1,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, involucra a 2.600 empresas y genera una facturación anual de 3.000 millones de euros».
Los representantes del sector ven con preocupación las posibles restricciones que podrían afectar su crecimiento, considerándolas como un «experimento que atenta contra uno de los pilares de la región«, según palabras de Yolanda Díaz.
Madrid es líder en turismo de congresos gracias a su vibrante vida social y su atractivo ocio post-trabajo, lo que genera un gasto medio por noche de alrededor de 300 euros, un 50 % más alto que la media nacional. En este sentido, Lara señaló que cuestionar este pilar turístico resulta poco acertado, tanto para la región como para el país en su conjunto.
¿Estará de acuerdo Pablo Iglesias con la vicepresidenta?