El pasado martes, la directora general de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, partió hacia Brasil para asistir a una reunión del G-20 sobre reducción de riesgos de desastres. La decisión de viajar generó críticas, pues la alerta de riesgo de lluvias en la Comunidad Valenciana había sido elevada de naranja a roja en las primeras horas de ese mismo día. Con el nivel máximo de peligrosidad activado, la región enfrentaba la amenaza de una DANA , con condiciones de riesgo extremo.
La situación era crítica. Desde temprano, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lanzó alertas rojas en varias zonas de Valencia, advirtiendo de lluvias torrenciales que podrían causar crecidas peligrosas en ríos y barrancos. A las 9:20 de la mañana, Aemet pidió máxima precaución y recomendó a la población alejarse de cauces y zonas bajas susceptibles a inundaciones. En paralelo, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, hizo un llamamiento a la prudencia en las carreteras.
A pesar de estas advertencias, Barcones decidió abordar su vuelo hacia Brasil, mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien también planeaba asistir al encuentro, canceló su viaje a última hora ante el agravamiento de la situación. Según fuentes del Ministerio del Interior, Barcones tomó el vuelo con el objetivo de asistir a una reunión de gran importancia en el G-20 sobre un tema directamente relacionado con su responsabilidad: la reducción del riesgo de desastres. Durante el vuelo, a las 17:00 horas del martes, la Generalitat Valenciana convocó el Centro de Coordinación de Emergencias (CECOPI) para gestionar la situación crítica.
Tras su llegada a Brasil, Barcones decidió regresar de inmediato a España en el primer vuelo disponible, lo que le permitió asistir a parte de la reunión en Belém antes de partir de vuelta. De acuerdo con las mismas fuentes, la directora general de Emergencias pasó cerca de 20 horas en aviones en un periodo de 36 horas, y no llegó a intervenir en la reunión debido a la urgencia de regresar.
La DANA se intensificó con rapidez. Alrededor de las 20:00 horas, Protección Civil emitió un aviso masivo en los teléfonos móviles de la población, alertando de la necesidad de evitar cualquier desplazamiento en la provincia de Valencia. Para entonces, el agua había comenzado a arrasar diversas localidades, dejando a cientos de personas atrapadas o desaparecidas. Las críticas hacia Barcones aumentaron al saberse que ella se encontraba en Brasil o en vuelo hacia allí en un momento tan crítico para el país.
A su regreso, Barcones asumió el mando de la situación de emergencia el jueves a mediodía, cuando el impacto de la DANA ya se había cobrado más de un centenar de vidas, en lo que ha sido el episodio de lluvias torrenciales más mortal en la historia reciente de España. El Ministerio del Interior subrayó que tanto el ministro Grande-Marlaska como la subsecretaria Susana Crisóstomo, superior de Barcones en el organigrama, estuvieron pendientes de la situación en todo momento. No obstante, las críticas persistieron, especialmente considerando que la previsión de la Aemet ya auguraba condiciones extremas antes de que Barcones abordara el vuelo.
Para el mediodía del martes, la Aemet había actualizado la alerta roja a más comarcas de Valencia, y las previsiones hablaban de lluvias con potencial destructivo. Sin embargo, el aviso de alerta masiva se emitió cerca de las ocho de la noche, casi doce horas después de que comenzaran las lluvias. Las críticas apuntan a una reacción tardía y a la falta de liderazgo en los momentos iniciales del desastre, cuestionando la decisión de la máxima responsable de Protección Civil y Emergencias de estar ausente en una situación de riesgo extremo.