Los seguimientos electorales de la contienda catalana ya están detectando el impacto de lo que se ha denominado la «operación dimisión» de Pedro Sánchez, que comenzó con una carta anunciando un periodo de reflexión y luego confirmó que continuaría en su cargo. En los sondeos internos de los partidos catalanes, se observa que hasta cuatro escaños mejoran las expectativas del ex ministro de Sanidad Salvador Illa.
Este cambio ha generado preocupación entre las siglas independentistas, quienes temen que esta estrategia política pueda influir negativamente en la campaña a favor del PSC. Según el análisis realizado en ERC y Junts, se percibe que Sánchez diseñó esta «operación dimisión» para interferir en la campaña y jugar sucio en las elecciones del 12 de mayo. El objetivo sería movilizar el voto socialista de las generales para contrarrestar la posibilidad de una mayoría independentista.
La reacción de los partidos independentistas
ERC encara las elecciones catalanas con un pesimismo creciente, mientras que Junts sigue confiando en Carles Puigdemont para desafiar a Sánchez. Sin embargo, la cuestión de la amnistía, pendiente de aprobación en el Senado y ratificación en el Congreso, los mantiene indirectamente vinculados al PSOE.
La gestión del resultado de las elecciones catalanas, la aprobación de la amnistía y la campaña de las elecciones europeas se solaparán en el tiempo, lo que añade incertidumbre al panorama político.
Después del drama creado por Pedro Sánchez en los últimos días, coincidiendo con el inicio de la campaña catalana, el presidente del Gobierno se centrará en Cataluña para capitalizar el supuesto intento de persecución personal por parte de medios de comunicación y jueces, un victimismo que ya le benefició en las elecciones generales. El PSOE considera que ERC podría ser más fácil de «domesticar» que Junts, pero no descarta ningún escenario ante los numerosos interrogantes que pueden cambiar el curso de los acontecimientos.