En el último mes, por las condiciones críticas de la situación, hemos podido observar una sucesión de bulos con información sensible que han recorrido las portadas de los medios de comunicación y, sobre todo, las redes sociales. Unos incidentes que resaltan la necesidad de que los usuarios de redes sociales y de aplicaciones de mensajería verifiquen las fuentes antes de compartir información.
El helicóptero contra la Torre de Cristal
La noticia fue publicada el día en que la Torre de Cristal estaba envuelta en una densa niebla que dificultaba la visibilidad. Poco después, las redes sociales comenzaron a difundir rumores sobre la supuesta caída de un helicóptero, generando alarma entre los ciudadanos de la zona y aquellos que tienen familiares o conocidos en el distrito financiero de Madrid. A pesar de la falta de pruebas, EFE decidió dar cobertura al rumor, citando “fuentes de emergencias” y asegurando que estaban investigando el suceso. Esto desató una avalancha de reacciones y provocó que otros medios se sumaran a la noticia sin contrastarla adecuadamente.
Poco después de la publicación, el servicio de emergencias de la Comunidad de Madrid y otras autoridades aclararon que no había ocurrido ningún accidente en la Torre de Cristal ni en sus alrededores. La Policía Nacional y los servicios de emergencia desmintieron rápidamente el suceso, indicando que no se había registrado ningún incidente con helicópteros en la zona.
La Agencia EFE eliminó la noticia original y, más tarde, emitió una corrección en la que explicó que se había tratado de un error debido a “fuentes no confirmadas”. Sin embargo, el desmentido no evitó que la información errónea continuara circulando en redes sociales, donde usuarios compartieron mensajes críticos hacia la agencia, acusándola de contribuir a la desinformación y de no haber cumplido con sus estándares periodísticos básicos de verificación.
Los alcaldes ultraderechistas valencianos
La reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó intensamente a varias regiones de España dejó a su paso no solo graves inundaciones y daños materiales, sino también una ola de desinformación que complicó aún más la gestión de la emergencia. En medio de la crisis, circularon en redes sociales y plataformas de mensajería multitud de noticias falsas que desorientaron a la ciudadanía y distorsionaron la percepción pública sobre la actuación de los gobiernos, tanto a nivel estatal como autonómico.
Entre las fake news más difundidas se encontraron las acusaciones políticas. Algunos mensajes en redes y blogs afirmaron que los alcaldes de las localidades más afectadas pertenecían a partidos de extrema derecha, sugiriendo que esta afiliación había influido en la supuesta falta de gestión preventiva y en la demora de las ayudas. Esta información falsa fue especialmente polémica y generó debates polarizados entre los ciudadanos, quienes discutían sobre el manejo de la emergencia basándose en información incorrecta.
Frente a estas acusaciones, las administraciones locales y autonómicas emitieron comunicados para aclarar la situación, subrayando que los cargos municipales pertenecían a diferentes partidos y que el enfoque de la emergencia había sido coordinado independientemente de la afiliación política. A pesar de estas aclaraciones, la desinformación contribuyó a enrarecer el ambiente, sumando la indignación y desconfianza de la ciudadanía a una situación ya de por sí compleja.
El parking de Bonaire
Otro de los grandes bulos sobre la DANA fue el que se formó en torno al parking de Bonaire y el número de muertos que se encontrarían dentro.En plataformas como WhatsApp, X (anteriormente Twitter) y Facebook, se compartieron imágenes y videos que, aparentemente, mostraban el parking subterráneo de Bonaire inundado hasta el techo, con coches sumergidos y daños considerables en la infraestructura.
Algunos mensajes añadían que las autoridades estaban recomendando no acudir al centro comercial, ya que la situación era peligrosa y el estacionamiento estaba inutilizable debido a la acumulación de agua. La difusión de estos mensajes generó alarma entre la población, especialmente en aquellos que frecuentan el lugar y en quienes ya se encontraban en el centro al momento de la propagación del bulo.
Ante la rapidez con la que circulaban estas informaciones, el centro comercial Bonaire se vio obligado a intervenir para aclarar la situación. A través de sus redes sociales y de un comunicado oficial, el centro afirmó que el parking subterráneo no había sufrido daños graves y que no había ninguna inundación que comprometiera la seguridad de los visitantes. Asimismo, el centro comercial informó que estaba operando con normalidad, y que todas las instalaciones, incluyendo el estacionamiento, estaban en condiciones de seguir recibiendo a los clientes sin problemas.
Por su parte, la Policía Local de Aldaia y los servicios de emergencias también se sumaron a los desmentidos, confirmando que, aunque hubo acumulaciones de agua en algunos puntos de la región debido a las fuertes lluvias, el centro comercial Bonaire no había sufrido una inundación de las dimensiones que se describían en las redes sociales. Las autoridades insistieron en la importancia de verificar las fuentes antes de compartir información, especialmente en situaciones de emergencia en las que los rumores pueden generar confusión y desinformación.