El PSOE rompió el acuerdo fiscal pactado con Sumar, dejando sin respaldo dos medidas clave: el fin del régimen fiscal de las socimis y el aumento de impuestos a los seguros privados. Estas medidas formaban parte de una estrategia para equilibrar la carga fiscal entre las rentas del trabajo y del capital. Sumar decidió no enfrentarse abiertamente al PSOE antes del pleno sobre el paquete fiscal, aunque mostró su descontento por la ruptura unilateral del pacto, una actitud que se ha repetido en diversas ocasiones durante la legislatura, dejando entrever las costuras del Gobierno, que cada vez se ponen más trabas a la hora de colaborar.
Fricciones fiscales con las Socimis
Uno de los puntos de mayor conflicto recientemente ha sido la reforma fiscal de las Socimis. Estas sociedades, creadas para fomentar la inversión inmobiliaria, disfrutan de beneficios fiscales que el PSOE y Sumar habían acordado revisar. Sin embargo, en una votación clave, el PSOE decidió no apoyar la reforma impulsada por Sumar, que buscaba eliminar privilegios como el tipo reducido del 1% en el Impuesto de Sociedades.
Desde Sumar, Verónica Martínez Barbero expresó su descontento ante lo que consideró un incumplimiento del acuerdo. La ruptura de este pacto reavivó las críticas hacia el PSOE por priorizar intereses del sector inmobiliario sobre la crisis habitacional. Por su parte, el PSOE justificó su postura señalando la presión del sector empresarial y el posible impacto en la inversión inmobiliaria.
Sumar insiste en que la reforma fiscal integral sigue pendiente y que las medidas actuales, aunque útiles, son insuficientes para lograr una justicia tributaria real. A pesar de las tensiones, el grupo liderado por Yolanda Díaz apoya el paquete fiscal en debate, concediéndole la victoria al PSOE por el momento, pero confiando en llegar en algún momento a una reforma más ambiciosa en el futuro.
La confrontación sobre el gasto en defensa
La inversión militar ha sido otro motivo de discordia. En abril, el Consejo de Ministros aprobó un gasto extraordinario de 1.129 millones de euros para reforzar la reserva estratégica del Estado, una medida que Sumar rechazó categóricamente. Según fuentes del partido de Yolanda Díaz, la decisión fue tomada de forma precipitada y sin justificación suficiente, vulnerando compromisos previos.
Mientras Margarita Robles, ministra de Defensa, defendió la inversión como una apuesta por la paz, desde Sumar y sectores afines criticaron que estos fondos se destinen a armamento en lugar de a prioridades sociales. Este desacuerdo expuso la dificultad de Sumar para influir en áreas clave del gobierno, donde el PSOE sigue marcando la pauta.
La promesa incumplida del PSOE: los permisos parentales de 8 semanas
Otro tema que ha evidenciado las diferencias entre los socios es la remuneración de los permisos parentales de ocho semanas, exigida por la Unión Europea. España, que debía implementar esta medida antes de agosto, aún no lo ha hecho, lo que ha derivado en un expediente de la Comisión Europea.
Desde el Ministerio de Derechos Sociales, liderado por Pablo Bustinduy, acusaron al PSOE de retrasar la medida por no incluirla en los Presupuestos Generales del Estado. En cambio, el PSOE argumentó que la falta de presupuestos hacía inviable la implementación. Este retraso ha generado críticas por el perjuicio a millones de familias que podrían beneficiarse de esta medida.
El pacto táctico con el PP
El octubre pasado, Sumar sorprendió al PSOE al pactar con el PP para sacar adelante dos leyes en el Congreso, una de ellas relacionada con la conciliación laboral. Este movimiento táctico generó molestia en el PSOE, que interpretó la alianza como una estrategia para distanciarse de su socio mayoritario y acercarse al PP en temas sociales. El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, recriminó a Sumar este movimiento asegurando que no sabe si está «a setas o a Rolex», manifestando claramente el enfado de su partido.
La portavoz de Sumar defendió la decisión como un paso necesario para desbloquear medidas sociales, mientras que el PSOE criticó la falta de lealtad en un momento de negociaciones clave en el Congreso.
Un futuro incierto para la coalición
A pesar de las discrepancias, ambos partidos han mostrado cautela al mostrar públicamente sus diferencias, conscientes de que la estabilidad de su alianza es esencial para la legislatura, sobre todo en el caso de Sumar. Sin embargo, los constantes choques revelan un clima de desconfianza que, cada vez más, suponen una complicación para futuros acuerdos.