La masificación turística está generando serios problemas en diversos destinos alrededor del mundo, afectando tanto al medio ambiente como al patrimonio cultural, y complicando la vida de los residentes locales. Desde la dificultad de acceder a la vivienda hasta la destrucción del entorno, los efectos negativos de la gran afluencia de visitantes han llevado a muchos lugares a tomar medidas drásticas, aunque no siempre con los resultados esperados.
Restricciones y medidas en diversos países
En respuesta a la crisis del turismo masivo, autoridades en Europa y Asia han impuesto una serie de restricciones. Estas van desde limitar el número de visitantes diarios y restringir los alquileres vacacionales hasta cobrar tasas turísticas. En Europa, unas 140 ciudades ya han implementado algún tipo de impuesto para los turistas.
En España, solo algunas provincias de Cataluña y Baleares han adoptado la llamada «ecotasa». Sin embargo, la medida no ha logrado disuadir a los turistas: hasta mayo de este año, Baleares recibió casi cuatro millones de visitantes, mientras que Cataluña superó los siete millones.
El caso de Ámsterdam
Ámsterdam, una de las ciudades más visitadas de Europa, ha optado por limitar la construcción de nuevos hoteles y establecer un tope en el número de pernoctaciones anuales. Además, desde 2018, los alquileres vacacionales están restringidos a un máximo de 60 días por año. A pesar de estas medidas, la ciudad alcanzó un récord en 2023 con 20,6 millones de pernoctaciones, lo que muestra la dificultad de controlar el turismo.
Venecia y la preservación de su patrimonio
Venecia ha intensificado sus esfuerzos para proteger su patrimonio, prohibiendo los tours de grupos grandes y estableciendo una tasa de entrada para los turistas de un día. Además, ha prohibido el acceso de grandes cruceros a su centro histórico. Sin embargo, estas medidas no han sido completamente efectivas, ya que la ciudad sigue recibiendo una afluencia masiva de turistas.
Dubrovnik y la protección de su casco antiguo
Dubrovnik, en Croacia, también ha tomado medidas severas para proteger su casco antiguo, amenazado por la sobrecarga turística. Las autoridades han limitado el número de cruceros y reducido significativamente los puestos de souvenirs y las mesas de restaurantes en el centro histórico. Además, se han implementado restricciones en los tours turísticos para minimizar el impacto en la ciudad.
Acciones en Grecia: Santorini y Atenas
En Grecia, destinos como Santorini y Atenas han adoptado medidas para controlar el flujo turístico. Santorini ha limitado el número de pasajeros de cruceros, mientras que Atenas ha impuesto un límite diario de visitantes a la Acrópolis. A pesar de estas medidas, ambos destinos continúan enfrentando un gran número de turistas, lo que demuestra la complejidad de gestionar el turismo masivo.
Restricciones en Nueva York
Nueva York ha implementado restricciones al alquiler vacacional para aliviar la presión sobre el mercado inmobiliario y la infraestructura turística. Estas regulaciones han llevado a un aumento en los precios de los hoteles, pero no han frenado la llegada de turistas, que alcanzó los 61,8 millones en 2023.
Alemania y la regulación del alquiler turístico
En Alemania, ciudades como Berlín, Múnich y Stuttgart han establecido normativas estrictas sobre los alquileres turísticos para equilibrar la demanda con la necesidad de viviendas accesibles. Berlín, por ejemplo, requiere permisos para el alquiler a corto plazo, mientras que en Múnich y Stuttgart se han impuesto límites temporales a estas actividades.