El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido hoy en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, acompañado por la ministra de Deportes y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, y el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
Durante la sesión, Ana Martín, periodista de El Debate, cuestionó al ministro sobre las críticas recurrentes que, en los últimos meses, han dirigido varios ministros y miembros del Ejecutivo de Pedro Sánchez hacia distintos jueces. Un caso destacado de este acoso judicial es el del juez Juan Carlos Peinado, responsable de investigar a Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno.
Cabe recordar que Grande-Marlaska es juez en excedencia, lo que indica que «ha pertenecido antes al Poder Judicial que al Ejecutivo«. En este contexto, la periodista preguntó al ministro si considera apropiadas las críticas que se realizan desde el Gobierno hacia ciertos jueces y tribunales, mencionando nombres específicos.
Marlaska respalda que el Gobierno critique a los jueces
Grande-Marlaska ha comenzado su respuesta a El Debate asegurando que “cualquier resolución puede ser objeto de crítica o disconformidad”, siempre y cuando se haga desde el “respeto y la educación interinstitucional”.
La explicación del exmagistrado ha continuado de manera reiterativa, afirmando que, “manteniendo la independencia”, cualquier juez puede ser “objeto de la crítica por cualquier otro poder del Estado”.
Por otro lado, Marlaska ha dado mucho de qué hablar respecto a su posición en la creciente crisis de inmigración que se está viviendo en Canarias y Ceuta. Las dos ciudades autónomas no han dejado de recibir cada vez un mayor número de inmigrantes irregulares, motivo que desborda a las dos zonas debido a que ya no quedan espacios libres en los centros de acogida para inmigrantes.
Ante esta situación, la agencia vinculada a la Unión Europea, Frontex, ha expresado su intención de ayudar a España en la gestión de la crisis de inmigración. Sin embargo, Marlaska no ha agradecido la solicitud y ha pedido a Europa que Frontex, en lugar de tener presencia en aguas españolas y controlar las embarcaciones de inmigración que llegan a Canarias, se desplace a aguas africanas.