El presidente del Gobierno se muestra optimista ante la batalla judicial que mantiene contra el juez Juan Carlos Peinado, quien investiga a su esposa, Begoña Gómez. La Audiencia Provincial de Madrid, en particular la sala 23, podría archivar la causa, lo que sería un alivio para el Ejecutivo, especialmente ante la próxima resolución que se espera para el 30 de septiembre.
Desde Moncloa, la percepción es que Peinado ha cometido un «error muy grande» en el manejo de la instrucción, un acto que podría acarrear serias consecuencias para su carrera judicial. La investigación, calificada por la defensa de Gómez como «prospectiva», ha suscitado la crítica del Gobierno, que ve en ella un intento de perjudicar a la pareja presidencial.
Querellas en proceso
En paralelo a la expectativa sobre el archivo de la causa, Begoña Gómez y Pedro Sánchez han presentado dos querellas contra el juez Peinado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). La Abogacía General del Estado se ha sumado a esta lucha legal, apoyando la ampliación de la querella contra el magistrado por supuestos delitos de revelación de secretos y prevaricación continuada.
La Fiscalía ha solicitado a la Sala Civil y Penal del TSJM acceso completo a las actuaciones del juez, un movimiento que ha sido recibido positivamente por el Gobierno, aunque la posibilidad de que se admita a trámite la querella de Gómez se considera improbable. Sin embargo, las esperanzas se centran en que la querella presentada por Sánchez reciba una atención más favorable.
El recurso de apelación presentado por la defensa de Gómez cuestiona la legitimidad de la investigación, argumentando que el juez Peinado llevó a cabo una «investigación universal». En su respuesta, Peinado aclaró que la investigación abarca «todos los actos, conductas y comportamientos» de Gómez desde que su esposo asumió la presidencia del Gobierno.
La imputación de Begoña Gómez llevó a Sánchez a considerar su dimisión durante un periodo crítico para su administración. En respuesta, el presidente ha denunciado lo que considera un «montaje» en su contra, sugiriendo que las acusaciones son parte de un esfuerzo más amplio para socavar su Gobierno.
Sánchez ha afirmado que tanto él como su esposa están conscientes de que la investigación tiene motivaciones políticas, destacando que es una táctica para obligarle a renunciar. Además, el presidente ha manifestado su intención de seguir adelante con su labor al frente del Gobierno, asegurando que la coalición progresista es más necesaria que nunca.