El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha elevado el tono contra el ministro de Cultura y Deportes, Ernest Urtasun, tras la polémica por la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia, calificando su forma de hacer política de ‘gauche divine’ (izquierda divina) y lamentando que den carnés de modernidad en política cuando les vota el 5% de la población.
En dicha intervención Page ha dado más detalles sobre la iniciativa que quiere llevar a cabo para crear unos premios propios en Castilla-La Mancha. Así el político ha indicado que: “Hemos tenido ya contacto con las principales organizaciones del país, y ya hemos quedado en una reunión donde vamos a plantear definir exactamente el modelo. No tiene que ser exactamente una sustitución literal del premio que había, pero vamos a aprovechar el debate para hacer lo más conveniente para el sector”.
Lo que tiene “muy claro” es que no va a aceptar “bajo ningún concepto” la teoría de los que, como el ministro, dan “carnés de modernidad” dentro de la política. Así mismo, ha destacado que: “Que ya tenemos edad y que aquí no somos gente de boina, que no somos gente atrasada, que algunos se arrogan la propiedad de la España de hoy, la que les ha dejado en el 5%», ha abundado, añadiendo que, si el 95% restante no les vota en alusión a Sumar, “tienen mucho camino por recorrer para encontrarse con la España de hoy”.
Page hará sus propios premios de tauromaquia
Emiliano García-Page ha explicado que le parece “de una soberbia inmensa” que el ministro “se quiera apropiar del concepto de modernidad en el país”, una modernidad que “va con sus chiringuitos, con sus núcleos de votantes y con sus compromisos”. En este mismo contexto ha querido destacar que: “No sólo nos hemos visto en la necesidad de hacer un gesto. Es un gesto que tiene una intencionalidad. Respeto la opinión del ministro de Cultura y creo que va creciendo en España una sensibilidad de protección con los animales. Perfecto. Pero aquí quien muerde a las ovejas es el lobo, y no se me ocurriría en términos políticos poner a un lobo a cuidar las ovejas”.
Por otro lado, Page ha destacado que España ya había decidido sobre la tauromaquia y el ministro, como máximo representante de la Cultura, tiene el encargo de “cuidar” y no de “maltratar”. También ha agregado que: “Se pueden tener todas las opiniones del mundo, se puede incluso querer que desaparezcan los toros. Pero por mucho que queramos al lobo, éste no tiene como función genética cuidar de las ovejas. Y lo razonable es que, sincera y llanamente, el sector pueda dormir con la tranquilidad de que quien tiene la competencia legal de cuidar no tenga como propósito dejarse de llevar por sus odios y acabar con ella”.