Imagen tomada al circuito de televisión que suministra el TSXG de los acusados por el asesinato de Samuel Luiz, acompañados por sus abogados. EFE/Cabalar
Un médico forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que intervino en la autopsia al cuerpo de Samuel Luiz ratifica que falleció “por golpes múltiples en el contexto de una agresión” y que los mismos fueron sumando hasta provocar la muerte. No hubo un golpe determinante, sino una suma de muchos que fueron agrandando el daño dentro del cráneo de Luiz, el auxiliar de enfermería de 24 años que fue asesinado por una manada violenta en la madrugada del 3 de julio de 2021 en A Coruña.
Fueron puñetazos y patadas recibidos desde todas las direcciones, durante unos cinco minutos, y Samuel ni siquiera llegó a defenderse. O al menos esa es la hipótesis que —por la ausencia de señales en los nudillos y los antebrazos del cadáver, por la inexistencia de tejido epitelial de sus atacantes en las palmas y las uñas— sostienen los dos forenses de Imelga que han inaugurado el turno de los peritos cuando faltan todavía 13 días para que concluyan las sesiones del juicio contra los cinco jóvenes acusados. Uno de estos forenses concretó que los sanitarios estuvieron intentando reanimarlo durante noventa minutos, pero sin éxito.
Las lesiones halladas durante la autopsia en la cabeza y en el cuerpo de Samuel eran “inespecíficas”, ha comentado el representante del Imelga. “Ninguna” dio pistas o hizo pensar a los forenses “en un arma contundente concreta”. No había cortes, es decir, “no emplearon el filo” de un arma blanca, y “no había fracturas óseas”, pero sí señales de contusiones dentro del cráneo, incluso en zonas donde no aparecen marcas externas.
El hecho de que no haya roturas craneales sugiere a los forenses que Samuel murió por puñetazos y patadas dados contra una cabeza que no estaba “apoyada en una pared”, sino que se iba tambaleando en el aire, o que “ya estaba inconsciente” en el suelo y “se movía sin ofrecer resistencia”, zarandeada por los sucesivos impactos. Esos golpes se reflejan dentro, en las capas interiores, porque el cerebro, que “se mueve a otra velocidad porque flota en líquido”, “choca” contra el hueso.
Uno de los acusados cambió de teléfono
Todo ello en una declaración con un relato muy detallado sobre las lesiones que presentaba el cuerpo del fallecido y con ninguna o escasas preguntas de las defensas, que hicieron referencia únicamente a cuestiones sobre si se puede deducir la intensidad de los golpes. Tampoco plantearon preguntas las acusaciones particular y popular.
Las sesiones del juicio por asesinato continúan este martes con periciales y después de que hayan concluido las testificales. Ante el tribunal han dado sus explicaciones dos policías que revisaron los contenidos de los móviles de los acusados. En línea con testificales anteriores, un agente confirmó un cambio de teléfono por parte de uno de los acusados, Alejandro M.R. tras los hechos mientras que otro ratificó un flujo “importante” de llamadas entre los acusados en la madrugada del 3 de julio de 2021 -día de brutal agresión- y con posterioridad.
“Eran numerosas”, ha sentenciado para precisar que en el caso de Catherine S.B. no realiza llamadas, pero sí las recibe. Todo ello en una declaración en la que ha apuntado también a búsquedas en periódicos “fuera de un horario habitual” el día de los hechos, en torno a las seis de la mañana.