Pedro Sánchez, ha reconocido abiertamente su debilidad parlamentaria pero ha manifestado su firme intención de completar la legislatura, independientemente de los desafíos que se presenten. En una reciente intervención durante el comité federal del PSOE, Sánchez destacó su optimismo y su determinación para seguir adelante con el Gobierno, incluso si no logra aprobar los Presupuestos del próximo año ni las leyes acordadas con su socio de coalición, Sumar.
A pesar de la situación actual marcada por una notable sequía legislativa, con escasas leyes aprobadas en el Congreso más allá de la amnistía, Sánchez se muestra decidido a avanzar «con o sin apoyo de la oposición» y «con o sin concurso del Poder Legislativo». Este optimismo contrasta con el escepticismo que ha surgido tanto en las filas del PP como entre algunos líderes socialistas, quienes ven la falta de avances legislativos como un signo de inestabilidad.
El principal desafío del Gobierno es la controvertida financiación catalana, un tema que ha generado tensiones internas dentro del PSOE y entre sus aliados. El pacto entre el PSC y ERC para investir a Salvador Illa como nuevo president de la Generalitat ha sido recibido con malestar por varios líderes territoriales, quienes temen que esta situación complique aún más la legislatura.
Sin embargo, Sánchez ha insistido en que el período de elecciones, que incluyó comicios gallegos, vascos, catalanes y europeos, ha llegado a su fin, lo que, según él, debería proporcionar un entorno más propicio para el diálogo y la cooperación. El presidente ha minimizado las dificultades de coordinar un bloque de investidura tan diverso, que incluye a partidos como Podemos y el PNV, además de la resistencia creciente de Junts.
Sánchez ha señalado que la única forma probable de finalizar esta legislatura sin un adelanto electoral sería a través de una moción de censura respaldada por el PP, Vox y el partido de Carles Puigdemont.
