Yolanda Díaz con Íñigo Errejón en un acto en Málaga. // Europa Press News
En las últimas semanas, tras la oleada de denuncias contra el antiguo líder de Más Madrid, Íñigo Errejón, Sumar ha comenzado una serie de maniobras políticas que tienen como objetivo alejar su imagen de la del denunciado e intentar mantenerse como una opción viable tanto para sus votantes como para los partidos asociados en el movimiento. Estos ataques contra la figura de Errejón y sus colaboradores han sacudido el panorama político y aún no han alcanzado sus últimas consecuencias.
Una ruptura brusca, pero evidente
La dimisión de Íñigo Errejón ha sido uno de los momentos más significativos en la reciente historia de Sumar. Según fuentes internas del partido, el anuncio dejó en estado de shock a varios diputados y generó una atmósfera de incertidumbre dentro de la formación política. La razón, en parte, se debe a que Errejón fue uno de los pilares fundacionales del proyecto y su retirada implica una fractura en las estructuras que él mismo ayudó a construir.
El proceso que llevó a su salida no fue espontáneo. Durante meses, las tensiones entre Errejón y las principales figuras de Sumar, especialmente Yolanda Díaz, se fueron acumulando. La discreta investigación interna sobre las denuncias de supuesta mala conducta sexual fue un detonante clave. Fuentes cercanas al partido revelan que Díaz y su equipo manejaron con suma cautela esta investigación para evitar una crisis mediática antes de las elecciones generales. Sin embargo, la presión creció rápidamente y Errejón decidió apartarse del foco, lo que no solucionó los problemas de Sumar, que como último recurso decidió hacer leña del árbol caído, intentando convencer a la opinión pública de que en ningún momento estuvieron del lado de su exportavoz, a pesar de ocultar los casos que conocían.
Apoyo a las denuncias y personación como acusación
Sumar no solo se ha distanciado de Errejón en términos políticos, sino que ahora ha abierto la puerta a ejercer una acusación formal en los tribunales. Esta estrategia podría cambiar radicalmente la relación entre ambas partes. Según declaraciones de miembros del partido, están explorando si tienen base legal suficiente para actuar contra Errejón, en un supuesto intento de defender los valores de su partido.
Esta posibilidad ha causado revuelo tanto dentro como fuera del partido, generando especulaciones sobre las consecuencias que podría tener no solo para Errejón, sino para la cohesión de Sumar. Hasta ahora, Errejón no ha emitido comentarios públicos significativos sobre estas acciones, manteniéndose en un perfil bajo desde su dimisión.
Reestructuración interna y apartar a los colaboradores de Errejón
Tras la salida de Errejón, Sumar ha iniciado una reestructuración interna que incluye la búsqueda de un nuevo portavoz parlamentario, el puesto que Errejón ocupaba hasta su dimisión. Lo que esconde este cambio es una verdadera batalla campal entre los diferentes partidos que conforman Sumar, no solo para conseguir relevancia, sino también para redefinir su estrategia de cara a los próximos años.
Fuentes cercanas al partido indican que Yolanda Díaz, líder de Sumar, está trabajando estrechamente con su círculo más cercano para seleccionar a un sucesor de su bando que sea capaz de mantener la cohesión interna y continuar con el proyecto político que inició. La selección de este nuevo portavoz será clave para el futuro del partido, dado que enfrentará un escenario complicado por las tensiones, que durarán varios meses.
Otra de las medidas que ha tomado Sumar en su esfuerzo por distanciarse de Errejón es la decisión de apartar a varios de sus colaboradores más cercanos, una acción que ha generado fricciones adicionales dentro del partido. Por el momento las primeras cesadas han sido Loreto Arenillas, antigua jefa de gabinete de Errejón y diputada de Más Madrid, y Marta Sanchíz Abraldes, quien realizaba labores de directora de gabinete del ya dimitido. La exclusión de estas figuras ha sido vista como una manera de aislar a Errejón y limitar su influencia en los asuntos internos de Sumar.
Además, el partido se plantea retrasar la asamblea general prevista, un evento clave para definir su hoja de ruta a largo plazo y debatir los aspectos negativos de la gestión de Díaz. Este aplazamiento responde, sin duda, a la necesidad de resolver las tensiones internas antes de tomar decisiones que pudiesen resultar negativas para la actual cúpula del partido. La decisión no ha sido bien recibida por algunos sectores de la formación, que ven en este retraso una señal de debilidad.
Un futuro incierto para Errejón y, sobre todo, para Sumar
Con este escenario, el futuro de Íñigo Errejón en la política española es incierto. Su dimisión y los ataques que ha recibido desde dentro de Sumar han dejado a la vista una fractura en el espacio de la izquierda. Aunque algunos analistas creen que Errejón podría intentar construir un nuevo proyecto político, su imagen ha quedado marcada por las acusaciones y la distancia que ahora mantienen antiguos aliados.
Por su parte, Sumar enfrenta el reto de reconfigurar su estrategia política, alejándose de la figura de Errejón sin perder apoyo en las bases. Yolanda Díaz, con su liderazgo en el centro de las decisiones, deberá gestionar cuidadosamente esta transición para evitar mayores rupturas internas y fortalecer el proyecto que, hasta hace poco, parecía compartir con Errejón.