En el sexto aniversario de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno, su situación es más compleja y precaria que nunca. A pesar de la aprobación de la amnistía, una medida destinada a apaciguar las tensiones con los independentistas catalanes, la debilidad parlamentaria y los casos de corrupción que rodean a su entorno amenazan su continuidad en la Moncloa.
La Amnistía y la justicia para Puigdemont
Uno de los temas más polémicos ha sido la amnistía, una medida que, aunque aprobada, ha generado descontento entre los votantes , un 57,1% de los votantes del PSOE creen que Carles Puigdemont debería rendir cuentas ante la Justicia, reflejando un claro malestar dentro de las filas socialistas. Además, un 75,5% del total de encuestados está a favor de que Puigdemont sea sometido a un procedimiento judicial.
La aprobación de la amnistía no ha garantizado la estabilidad para Sánchez. A pesar de contar con el apoyo del 64,3% de los votantes socialistas para esta medida, existe una percepción generalizada de que la amnistía es un pago político a los independentistas para asegurar su investidura. Esta opinión es compartida por el 64% de los encuestados y por casi un tercio de los votantes del PSOE.
La percepción de debilidad de Sánchez se ve exacerbada por su dependencia de Puigdemont y las exigencias de Junts. Esta relación tensa podría llevar a que Junts tumbe los presupuestos en otoño, forzando potencialmente una nueva convocatoria electoral.
Política exterior de Sánchez
La política exterior de Sánchez también ha sido objeto de críticas. Un 59,6% de los encuestados consideran que su actuación internacional ha sido mala o muy mala, influenciada por crisis diplomáticas con Israel y Argentina. Sin embargo, los votantes socialistas en su mayoría (78,6%) apoyan la gestión internacional del Gobierno.
Particularmente polémica ha sido la retirada de la embajadora española de Argentina, desaprobada por el 59,9% de los encuestados. También ha habido divisiones en cuanto al reconocimiento del Estado palestino y la gestión de las relaciones con Israel.
La ayuda militar de 1.000 millones de euros a Ucrania ha dividido a los votantes. Aunque un 60,1% de los encuestados están a favor de la medida, solo el 44,3% de los votantes del PSOE la apoyan, mostrando una división notable dentro del partido. Los votantes de Vox y Sumar muestran una oposición significativa a esta decisión.
La percepción de un Gobierno débil es compartida por el 58,5% de los encuestados, y solo el 20,1% lo ve como un Gobierno fuerte. Esta impresión se ha intensificado debido a los problemas internos y la dependencia de Sánchez de Puigdemont.