Imagen obtenida de la publicación de Diario.red
En los últimos días, ciertos medios de izquierda han lanzado una serie de ataques incesantes contra el Instituto Juan de Mariana, etiquetándolo como una asociación ultra y acusando a su director, Manuel Llamas, de lucrarse mediante supuestas corruptelas. Sin embargo, el artículo más destacado proviene de Diario.red, el medio dirigido por Pablo Iglesias, que intenta vincular a esta fundación con golpes de estado, la industria militar y otros grupos que la editorial del diario considera perniciosos.
El artículo, titulado pretenciosamente «El Instituto Juan de Mariana que dio la medalla a Milei, un chiringuito neoliberal del PP con estrechos vínculos con EEUU y la ultraderecha trumpista», realiza un ejercicio de deducciones en cascada de dudosa validez investigativa. El autor comienza con la Atlas Network, un destacado think tank estadounidense de carácter anarcocapitalista o minarquista, influenciado por el pensamiento de Ayn Rand. Hasta este punto, la información es correcta. Sin embargo, el problema surge cuando el autor construye una interpretación exagerada, presentando a la Atlas Network no como una organización dedicada a difundir ciertos planteamientos, sino como un leviatán que organiza cualquier pensamiento liberal en el mundo.
Todos agentes de la CIA
Desde el momento en que la organización es mencionada, el periodista comienza a trazar conexiones complejas, casi dignas de una película de espías, entre diversas organizaciones liberales. En este vasto entramado presentado por el artículo, no solo caen supuestamente políticos del Partido Popular como Esperanza Aguirre y José María Aznar, sino también escritores y periodistas. Tal vez el ejemplo más destacado sea el de Mario Vargas Llosa, quien es definido como un «operador de las plataformas vinculadas a la red».
El resto del artículo sigue un patrón similar. Se presenta una sucesión de nombres de organizaciones y políticos liberales supuestamente unidos bajo el paraguas y el mando de la Atlas Network. Se mencionan desde el golpe de estado de Pinochet hasta las conexiones con el Yunque y entramados armamentísticos. La mención al Yunque es particularmente interesante, ya que se describe como una supuesta organización secreta integrista católica que busca expandir su influencia globalmente. A pesar de que su existencia real es discutida, el artículo intenta vincularlo con el Partido Acción Nacional (PAN) de México, una formación política de derecha y carácter liberal.
La sucesión de supuestas relaciones continúa hasta llegar al periódico conservador francés Le Figaro, que, según el artículo, sería parte indiscutible de la red por apoyar a Isabel Díaz Ayuso. La figura de la presidenta también es muy aprovechada en el artículo, ya que, según esta cadena de deducciones, al haber recibido premios de fundaciones liberales, debe responder necesariamente a las directrices de la Atlas Network. Una deducción que el artículo presenta sin ningún àpice de duda.
La simple verdad
Por desgracia para la entretenida perspectiva del periódico, la realidad parece ser mucho más simple. Resulta curioso cómo ciertos grupos encuentran más fácil construir estos castillos en el aire en lugar de entender una realidad bastante intuitiva: la gente puede ser liberal.
Toda la complejidad esgrimida por el autor, con montajes fotográficos de dudoso gusto, no sirve de nada ni revela nada significativo. Simplemente constata un hecho evidente para la mayoría: existen organizaciones y personas liberales que a veces coinciden. Las supuestas conexiones entre grupos, intereses cruzados y conspiraciones liberales en todos los países del mundo no son más que alianzas naturales entre personas que comparten planteamientos similares.
Lo que no se puede negar del artículo, y esto hay que reconocerlo, es que el número de organizaciones liberales ha crecido sistemáticamente en los últimos años. El autor lo atribuye a una supuesta conspiración, ignorando la realidad efectiva de un cambio de ciclo político.