En los últimos días, ha surgido una polémica en torno a las protestas de los vecinos de Paiporta y otros municipios de la Comunidad Valenciana, que se vieron gravemente afectados por la reciente DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). A raíz de las críticas contra la gestión de las autoridades, se han lanzado afirmaciones que catalogan a estos alcaldes y manifestantes como simpatizantes de la ultraderecha. Sin embargo, tanto los alcaldes como los vecinos han salido al paso para desmentir estos señalamientos, afirmando que las protestas nacen de la indignación ante la falta de apoyo estatal y no por afinidades políticas extremas.
Protestas por el abandono, no por extremismo político
En municipios como Paiporta y localidades cercanas, los residentes han salido a las calles para expresar su frustración debido a la inadecuada gestión de las consecuencias de la DANA. Los daños persisten en calles y viviendas, y muchos habitantes consideran que las respuestas de las autoridades han sido insuficientes. Según fuentes como Telemadrid, los residentes aclaran que las protestas no tienen relación con la ideología de extrema derecha, sino que reflejan una legítima preocupación por la falta de ayuda efectiva para superar los daños ocasionados por la tormenta.
“Somos ciudadanos que estamos hartos de ser ignorados; no somos de ultraderecha, como nos etiquetan”, comentó un vecino en una entrevista a Telemadrid. La población afirma que esta etiqueta es un intento de desvirtuar sus preocupaciones reales y desviar la atención sobre los problemas no resueltos. En ese sentido, los habitantes de estos municipios exigen que se les escuche y se les ofrezca un apoyo real, sin que sus reclamos se interpreten políticamente.
La mayoría de los alcaldes de las zonas afectadas por la DANA no están vinculados a partidos de ultraderecha; en su mayoría, pertenecen a partidos moderados o de tendencias políticas centradas en la gestión local, como PP, PSPV o Compromís. Ante la falta de una respuesta sólida por parte del gobierno central, han buscado recursos a nivel autonómico y municipal, pero reconocen que la situación sigue siendo difícil para muchos residentes.
Los alcaldes y concejales de estas localidades afirman que la ayuda del gobierno no ha sido proporcional a la magnitud del desastre. En algunas áreas, las promesas de fondos y recursos de emergencia aún no se han concretado, lo que ha llevado a los líderes locales a organizarse para intentar cubrir las carencias con los medios limitados que tienen a su alcance.
La desinformación y el riesgo de trivializar el malestar ciudadano
Expertos han asegurado que el etiquetar las quejas de los ciudadanos como un reflejo de la ultraderecha no responde a un análisis objetivo de la situación. Estas manifestaciones locales son una reacción a la falta de apoyo estatal en un contexto de crisis, sin que esto esté vinculado a afiliaciones políticas radicales. Sumado a esto, es complicado señalar las protestas ante desastres naturales como una novedad en la política española o una señal de extremismo político, sino que son la consecuencia de la falta de soluciones rápidas en situaciones de emergencia, y tildarlas de “ultraderecha” es una simplificación que ignora las raíces del problema.
Con el auge de las redes sociales, este tipo de desinformación se propaga con rapidez. En el caso de Paiporta y otras localidades valencianas, la difusión de estas etiquetas perjudica tanto a los vecinos como a los alcaldes, quienes insisten en que sus demandas tienen una naturaleza apolítica y se centran únicamente en la necesidad de apoyo y gestión tras la DANA.
En conclusión, los testimonios y el análisis de expertos muestran que el malestar en la Comunidad Valenciana está vinculado más a la percepción de abandono que a simpatías políticas radicales. Tanto vecinos como líderes locales han reiterado que sus demandas son legítimas y buscan una respuesta a los daños sufridos.