En el primer tercio de este año, España evidencia un preocupante aumento en los despidos, como lo demuestran los datos proporcionados por la Seguridad Social. Los números registraron un total de 341,874 despidos, lo que representa un aumento del 12.4% en comparación con el mismo período del año anterior. Este incremento, que sigue la tendencia ascendente establecida en 2023.
Una de las tendencias más preocupantes es la prevalencia de los despidos clasificados como «disciplinarios individuales», que representan un 54.6% del total. Este tipo de despido, que no implica indemnización para los trabajadores afectados, se ha convertido en una herramienta comúnmente utilizada por las empresas.
Sin embargo, es importante contextualizar estos datos dentro del marco legislativo y económico más amplio. La reforma laboral de 2012 introdujo el concepto de despido «exprés», que permitía a las empresas reconocer la improcedencia del despido en el momento del cese, a cambio de una indemnización. Aunque esta práctica se ha modificado en años posteriores, con un recorte en las compensaciones, su impacto aún se siente en el mercado laboral.
A pesar de los esfuerzos por reformar la legislación laboral y frenar esta tendencia, los desafíos persisten. La incertidumbre económica, el temor a un endurecimiento de la regulación y la precarización del empleo indefinido son factores que contribuyen a la proliferación de los despidos. Además, con la creciente judicialización de los casos y las demandas por indemnizaciones superiores a las establecidas por ley adicionales.