La DANA de Valencia se ha convertido en una de las catástrofes más terribles de la historia de España. Miles de personas en cuestión de minutos perdieron absolutamente todo, pero, aunque las pérdidas materiales puedan ser muy dolorosas, lo más terrible de todo son los cientos de vidas que se han perdido. Llevamos varios días con la cifra de fallecidos sin actualizar, pero hablando con gente en el terreno me comentan que las cifras reales van a ser escalofriantes.
Es absolutamente inadmisible que, en un país como España, en el siglo XXI, en 2024, vayan a morir cientos, sino miles de personas por unas lluvias. Esto puede pasar en países tercermundistas, pero en un país rico y civilizado como el nuestro es demencial. La catástrofe ha dejado en cueros al Estado español, un mastodonte incapaz de reaccionar, con miles de millones de presupuesto, pero absolutamente inoperante. Algunos todólogos se quejaban de que si tuviéramos unos servicios públicos mejor dotados esto no hubiera pasado, que hace falta un Estado más grande, ¿más? El Estado español es más grande que nunca en su historia, es precisamente porque es tan grande por lo que ocurren estas cosas.
Lejos de ser el Estado el que esté ayudando para solucionar esto, es la sociedad civil organizada de manera espontánea la que está salvando a los valencianos. Empresas, tuiteros, voluntarios anónimos, youtubers, fundaciones, asociaciones…todos están cogiendo una pala y unas botas y están achicando agua, no vaya a ser que algún diputado se manche los zapatos. Cuando el Estado colapsa la sociedad civil aparece, una sociedad civil ahogada por burocracia e impuestos, pero que cuando sus compatriotas sufren son los primeros en salir a ayudarles.
En cuanto a los responsables políticos, todos. El primero el presidente de la Comunidad Valenciana, un auténtico incompetente que no debería ni estar en el cargo. Un gobierno autonómico que alertó a sus ciudadanos cuando tenían el agua por las rodillas, una incompetencia que va a costar muchas vidas. Pero si Mazón es inútil, Pedro Sánchez es el mal absoluto, teniendo el mando total de la Policía Nacional, la Guardia Civil, la UME y las Fuerzas Armadas no ha movido un dedo. El gobierno central está jugando con la vida de cientos de valencianos por un cálculo electoral, quiere que la situación se le vaya de las manos a Mazón para que se hunda como gobierno y reconquistar la comunidad autónoma.
El gobierno socialista, viendo que Mazón es un incompetente total, pudo decretar el Estado de Alarma, especialmente diseñado para catástrofes naturales, por cierto, y asumir el mando total de la situación. Pudo haber mandado varios miles de soldados y maquinaria pesada las primeras horas, lo que habría supuesto salvar cientos de vidas, pero no quiso, no quiso por ideología. Al PSOE le importa más el relato que cadáveres de valencianos en garajes.
Me gustaría pensar que esto es un antes y un después en la historia de España, que el malestar de los ciudadanos de Paiporta con la visita de las autoridades el otro día es ahora algo generalizado en la sociedad española, pero por desgracia la industria de propaganda estatal va a empezar a funcionar a toda máquina para intentar meter los muertos debajo de la alfombra. Es posible que cuando las calles valencianas estén despejadas de barro y todos los cadáveres hayan sido rescatados de los garajes esto se olvide, confío en que no. Confío en que hasta el último votante del PSOE y del PP, y en general de todos los partidos, se den cuenta que a los políticos les importan más los votos que las vidas, y que este país necesita una reacción hoy, porque mañana ya será tarde.