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6 Oct 2024
6 Oct 2024
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La belleza es una cuestión objetiva

Las consideraciones de como conceptuar la belleza son uno de los debates más importantes de la historia de la filosofía. La belleza es algo objetivo y aquí lo veremos

Imagen de las auroras boreales vistas en España/EFE

En la actualidad, hay un consenso casi total sobre la subjetividad de la belleza, gran parte de la población piensa que las cosas y personas son bellas dependiendo de quién las mire. Yo defiendo un ideal de belleza objetivo, lo que no implica que no existan diferentes gustos, si lo desean, podríamos hablar de un subjetivismo objetivo de la belleza, pero jamás de un relativismo.

Defender la belleza objetiva y la existencia del mal gusto

En estética se denomina objetivismo al ideal que piensa que hay ciertas características objetivas en torno a la belleza, el subjetivismo defendería que la belleza está en los ojos del espectador. Defender la belleza objetiva significa que es posible que haya gente que tenga mal gusto, es decir, que esté equivocada respecto a la belleza, porque como decía Platón: “lo bello es difícil”.

La belleza ha sido objeto de reflexión filosófica desde hace más de dos mil años, los antiguos griegos consideraban la belleza como algo inseparable de la bondad, la verdad y lo divino. Para Platón la belleza era una manifestación del mundo inteligible en el mundo sensible, un concepto que incorporaba elementos descriptivos y evaluativos. ¿Pero cuáles son esos elementos?, esto es lo realmente complicado de averiguar; Edmund Burke, el padre del pensamiento conservador, lo intentaría con su obra Indagación filosófica de lo sublime y de lo bello. Burke entendía la belleza como “aquella cualidad o aquellas cualidades de los cuerpos por las que éstos causan amor o alguna pasión similar a él”.

En la Crítica del Juico, Kant habla de la “universalidad subjetiva”, que Roger Scruton resumirá de la siguiente manera: “llamamos a algo bello cuando obtenemos placer de contemplarlo como un objeto individual, por sí mismo, y en su forma presentada”. Observamos lo bello únicamente para admirarlo, le damos valor por sí mismo, no por su utilidad, buen ejemplo de ello son las obras de arte. Nadie, salvo un loco o un tonto, crearía algo feo pensando que puede ser objeto de admiración.  

El ideal de belleza intrínseco al ser humano

Ante la duda de si la belleza es objetiva o no, váyanse a extremos, imagínense el atardecer más bello posible y un cadáver putrefacto y fétido. Creo que prácticamente todos diríamos cuál de las dos cosas es más bella, de manera instintiva, tampoco sabríamos explicar muy bien por qué, pero las playas y miradores se llenan de gente para admirar atardeceres, mientras que nadie va a una morgue a disfrutar durante horas de un muerto, ¿por qué?, la explicación sería complicada, pero es así, y está bien que lo sea. Siento decirle que si piensa que un cadáver putrefacto es más bello que un atardecer lo más seguro es que esté usted equivocado, igual que si piensa que dos más dos son cinco o que matar está bien.

¿Es posible corregir el gusto? Desde luego, yo antes escuchaba reggaetón de manera voluntaria, ahora ya no, es una mejora objetiva del gusto. Así se puede hacer con todas las manifestaciones de arte, escultura, pintura, arquitectura…Por lo tanto, existe un ideal objetivo de belleza intrínseco en la mayoría de los seres humanos, eso no quiere decir que no existan gustos diferentes, ¿cuál es el origen de ese ideal?, ¿Dios?, ¿La naturaleza? Ese es un debate que posiblemente lleve otros dos mil años resolver.

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