Mientras que nuestros padres, y sobre todo nuestros abuelos, tenían infinitas dificultades para viajar, en la actualidad hay jóvenes de 20 años que se han recorrido toda Europa. Actualmente viajar puede ser una actividad muy barata, los vuelos low cost y los baratos alojamientos han conseguido que personas con pocos recursos puedan visitar decenas de países sin problemas.
Pero, ¿por qué viajamos realmente? No creo que viajar en sí esté sobrevalorado, aunque creo que viajar con pocos recursos sí puede llegar a estarlo. Realmente cuando viajas con poco dinero estás más preocupado de no gastarte el poco dinero que tienes que de visitar el lugar. Viajar puede ser una experiencia muy enriquecedora, desde conocer nueva gastronomía, visitar monumentos históricos o conocer gente nueva, pero tampoco deberíamos romantizarlo. Parece que si no viajamos nos perderemos infinidad de cosas y no seremos nadie, pero Kant jamás salió de su ciudad.
Necesidad compulsiva de viajar por el «postureo»
Veo a la juventud con una necesidad imperante de viajar, casi de manera compulsiva, como si cada país o ciudad fuera una casilla que deben marcar para estar tranquilos. Parece que hay una competición por ver quien hace más kilómetros al año, como si lo más importante a la hora de viajar no sea el propio viaje, sino que los demás vean que has viajado. Si el resto del mundo no se entera de que has viajado, en realidad no has viajado.
Estoy convencido de que si no existieran las redes sociales muchas de las personas que viajan hoy en día no lo harían. Porque en realidad no viajan para conocer o experimentar, sino para aparentar que llevan una vida cool. Me gustaría preguntar a esas personas con qué se han quedado de su viaje, si de verdad han interiorizado algo o simplemente el único recuerdo que se han llevado consigo son las fotos del móvil.
Cuanto más lejos mejor
Por no hablar de que viajamos al revés, de más a menos. Hay personas que han conocido antes Bali que su pueblo que está a 30 kilómetros. Creo que la mejor manera de viajar es conocer lo más cercano a tu persona primero, e ir alejándote cada vez más, para entender la influencia que puede llegar a tener en nosotros el lugar donde hemos nacido, desde la religión y la cultura, pasando por la geografía.
Creo que hay que reivindicar más viajar por nuestro gran país, España. No digo que no viajen al extranjero, pero primero conozcan lo que son. Cada rincón de España es absolutamente impresionante y no somos conscientes de la suerte que hemos tenido algunos de haber nacido en un país como España. Seguramente por haber nacido aquí no lo valoremos lo suficiente.
En resumen, viajar para contárselo a Instagram está muy sobrevalorado, no aporta nada ni a uno mismo ni a los seguidores de Instagram en cuestión. Simplemente mediten más el porqué de su viaje, valoren más esa cotidianeidad que nuestros abuelos no pudieron ni soñar, no hagan del viaje un consumo más, sino una oportunidad para conocer.
