Hércules

Registrarse

|

Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

|

17 Jun 2024
17 Jun 2024
EN VIVO

Me gusta ser una panza

Con el dinero de Llados se pueden comprar Lambos, Bugattis, Richard Milles, yates, pero con ese dinero y con lo que se obtiene de él no se crea nada, porque donde solo hay bienes materiales, pero no relacionales, es decir, donde no hay relación, no hay creación

La semana pasada mencioné a mis alumnos en el descanso de una de mis clases –no me acuerdo ahora por qué salió el tema, pero les prometo que venía a cuento de lo que se hablaba en el aula– que había caído en la cuenta de que yo era «una panza». Si usted tiene entre 14 y 35 años –año arriba o abajo– habrá pillado la referencia. Si no, se la explico: una panza es la famosa expresión que utiliza Amadeo Llados –vamos a decir que es un influencer supuestamente millonario para decirlo todo y no decir nada– para designar a aquellas personas que no han elevado su «nivel de conciencia», que no tienen un «mindset» ganador, que están en baja forma –que no se dopan, en realidad– y/o que no facturan miles de euros al día.

Pues eso, caí en la cuenta de que soy una panza, porque según Llados, «los profesores no tienen ni p*** idea de generar dinero. ¿Tú crees que un profesor iba estar dándote clase por 1.000 ó 2.000 euros al mes si supiera generar eso en un día?». La idea es, si es que se puede sacar alguna, que es una auténtica pérdida de tiempo pasar tiempo en un sitio, la Universidad, en el que la persona que te da clases «nunca ha generado dinero».

Al tener aquella epifanía y expresarla delante de mis alumnos, se sonrieron y condescendieron con su mirada. Vinieron a decirme: «Sí, en efecto, eres una panza». Y pensé que de serlo –y en efecto lo soy en los términos de Llados y sus memes–, me gusta ser una panza. Adoro ser una panza.

Sólo generar dinero

Es cierto que no sé «generar dinero», al menos no con la rapidez y la eficiencia con que supuestamente lo genera Llados, pero no veo por qué tendría que ser un problema, porque, al fin y al cabo, soy feliz haciendo lo que hago sin importarme demasiado por cuanto lo hago. Tampoco debería ser un problema para los estudiantes que acuden a la Universidad, porque, al fin y al cabo, lo que se pide a un alumno universitario es que no venga porque quiera ser millonario, sino que venga porque ame comprender lo que ocurre consigo mismo y con el mundo que le ha tocado vivir.

Mi felicidad al compartir lo que conozco, y la pasión de los estudiantes no hacia mí sino hacia el conocimiento que compartimos –«felicidad», «pasión» o «amor» son tres palabras que nunca escuchamos en los vídeos de Llados– crea lazos únicos e irrepetibles que no se pueden obtener ni con todo el dinero del mundo. Ahí otra palabra clave que no verán aparecer en los vídeos de Llados: «crear». 

Con el dinero de Llados se pueden comprar Lambos, Bugattis, Richard Milles, yates, pero con ese dinero y con lo que se obtiene de él no se crea nada, porque donde solo hay bienes materiales, pero no relacionales, es decir, donde no hay relación, no hay creación. Creación de una cultura, de una auténtica comunidad de amigos, de una familia, de un verdadero legado. En Llados los bienes materiales «son el reflejo del valor de una persona». Todo se mide por sus cantidades –el número de coches, el número de burpees– y no por sus cualidades.

No soy ningún hater de Llados. Su discurso sintoniza a la perfección con la perspectiva economicista, consumista e hiperindividualista que nos gobierna, y su éxito, si de verdad es el que dice, es al mismo tiempo causa y consecuencia del mundo que nos ha tocado vivir, ese mundo que profesores y alumnos nos dedicamos a comprender y que, comprendiéndolo y comprendiéndonos, las panzas preferimos no compartir.

Comparte la nota

Deja un comentario

Noticias relacionadas

¿Por qué no voto?

No es una decisión inmutable, es lo que pienso hoy; ya veremos mañana...

Felipe VI no es Alfonso XIII

Los neorrepublicanos que han surgido como hongos en estos días, no sé si han pensado...
No hay más noticias
Scroll al inicio

Secciones

Secciones