“Toca rezar al santo para que el “sentidiño” impere”
El BNG simpático, de pueblo y rústico, ha dado página a una verdadera amenaza tanto para España como la para la comunidad gallega de la que, por suerte o desgracia- yo creo que por suerte- soy parte.
Y es que el BNG en Galicia siempre ha sido “enxebre», si se permite el galleguismo. Es decir, simpático, rústico y tradicional. Vamos, una serie de rasgos que, aun con su comunismo recalcitrante, lo hacían bastante agradable para la mayoría de los gallegos. Una suerte de curiosidad histórica como el alcalde comunista de Oleiros. Pero esos tiempos han quedado atrás. Beiras ya no golpea su escaño con el zapato, ni salen diputados del partido boina en ristre para apoyar a los ganaderos.
Votar al BNG ya no es un asunto de estar en contra del gobierno de turno o de defender lo propio. Ambas causas muy nobles. Lo cierto es que desde que Ana Pontón ha tomado el mando, votar al “Bloque”, como es conocido en Galicia, es votar contra el ser de Galicia.
Sus pretensiones nacionalistas- que no regionalistas-, su exclusión lingüística a aquellos que no hablan gallego, así como su enfrentamiento constante con el gobierno del estado, aunque puedan encender a algunos, representan grandes amenazas. Si algo caracteriza a Galicia es, justamente, su hospitalidad y su buen hacer. Si otras regiones de España tienen tópicos negativos como avaricia o frialdad, los gallegos, a lo sumo, tenemos fama de indecisos. Nunca nos hemos cerrado en lo nuestro, ni hemos cargado contra otras comunidades por supuesto derechos perdidos.
Los gallegos siempre hemos estado ahí, empujando y trabajando. Somos una tierra donde cualquier persona se siente como en casa. Madrid podría llegar a ser, como decía una famosa política, España dentro de España, pero Galicia, sin duda, lo ha sido siempre.
Votar al BNG ahora es votar por la exclusión y la separación de los gallegos del resto del España. Y eso, desde luego, y a pesar de lo que digan, no es algo gallego.
Yo nací en Lugo y, por lo tanto, soy igualmente indeciso por naturaleza. Por eso, pese a que las encuestas dicen que el BNG no ganará, siempre cabe en mi cabeza esa posibilidad. Solo espero que el “sentidiño” impere, como siempre ha hecho en Galicia, y el Bloque quede relegado a un papel secundario.
A falta de los resultados, que se revelarán por la tarde del 18, solo cabe encender una vela a San Froilán, patrón de Lugo, a ver si da suerte. Y es que el santo fue famoso por introducirse piedras ardientes en la boca y, aun así, no quemarse y poder seguir predicando la palabra de Dios. Tampoco vayamos a pedir tanto. Basta con un poco de ayuda extra que nunca se sabe.
