Las últimas declaraciones de nuestro ministro de cultura, Ernest Urtasun, han provocado un revuelo en las redes sociales y medios de comunicación, y no es para menos. La izquierda y su gen revolucionario siempre los lleva a realizar tabla rasa en todos los aspectos de la sociedad. Los historiadores siempre nos cansamos de señalar que la historia es tremendamente importante por esto mismo, dominar el relato histórico es fundamental para organizar y controlar a la sociedad desde arriba.
Los políticos tienen un afán irremediable por querer modificar el pasado a su antojo, no vamos a comentar toda la comparecencia del ministro de cultura, porque entre otras cosas, cultura tiene poca. Señalaremos lo más polémico, como diría Fernando Díaz Villanueva, Urtasun, en un perroflautés exquisito y bien pulido, señaló, que era necesario establecer “espacios de diálogo e intercambio” que permitan “superar un marco colonial anclado en inercias de género y etnocéntricas» que han “lastrado”, comenta, “la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico”.
Las mentiras de Urtasun
Lo primero que debería saber un ministro de cultura, es que España no tuvo colonias, los Virreinatos de Nueva España o del Perú no eran colonias de la Monarquía Hispánica, eran la Monarquía Hispánica. Salvando ese pequeño gran detalle, las declaraciones del ministro se pueden resumir en dos puntos principales. En primer lugar, analiza el pasado con los valores éticos y morales del presente, craso error. Los historiadores en particular y la “gente de cultura” en general, no está para decir lo que estuvo bien o mal en pasado, sino para estudiarlo, analizarlo y aprender sobre ello.
La mayoría de las obras que se encuentran en el Prado forman parte de las colecciones reales, ¿quién se podría imaginar que un rey del siglo XVII ordenara pintar un cuadro como propaganda política de su reinado? Vaya, que sorpresa. Carlos V tendría que haber encargado cuadros feministas, resilientes y sostenibles con el medio ambiente, ¿el caballo de su pintura en Mühlberg? Fuera, maltrato animal.
La única duda que me queda al escuchar estas barbaridades es si lo hacen por analfabetismo o maldad, aunque seguramente acierte si digo ambas. No hay que descolonizar nada, el pasado no debe ser alterado jamás por ningún burócrata, no debemos permitirlo. Una sociedad sin conocimiento histórico es una sociedad tremendamente manipulable, no es casualidad que haya un ministerio de memoria democrática. ¿Ustedes creen que si la historia no fuera importante un Estado gastaría semejante cantidad de recursos en mantener todo un entramado burocrático para controlarla? Evidentemente no, el problema llegará con el paso de las generaciones, cuanto más tiempo pasemos así más difícil será revertir la situación.
Espero y deseo que si el Gobierno intenta llevar a cabo estas totalitarias y jacobinas medidas los museos se opongan. Quiero creer que en el Prado seguirá habiendo excelentes y responsables profesionales que no se humillen a los designios del PSOE. Por el momento, seguiremos defendiendo el pasado, porque lo merece, es necesario, porque el conocimiento histórico puede ser muchas cosas, pero sobre todo es libertad.
1 comentario en “Urtasun, el descolonizador”
El señor habla como si fuésemos británicos o algo…ups.