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22 Nov 2024
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Adolfo Carretero, el implacable juez que instruirá el «Caso Errejón»

El caso del exportavoz de Sumar será conocido por un juez muy sonado en el mundo jurídico madrileño, contando con innumerables anécdotas sobre su carácter

Fotografía de Confilegal.com

El escenario político español vuelve a estar agitado. Esta vez el exportavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, ha sido denunciado por la actriz Elisa Mouliaá por la presunta comisión de un delito de agresión sexual. Quien fuera el adalid de la deconstrucción, las nuevas masculinidades y el feminismo institucional se encuentra en una situación donde varias mujeres señalan comportamientos que exponen el carácter de depredación sexual del político.

Sin embargo, un nuevo actor entra en este caso, el magistrado Adolfo Carretero Sánchez, titular del Juzgado de Instrucción nº47 de Madrid. Sobre este magistrado recae el futuro de Errejón, pues será el encargado de llevar a cabo las pesquisas para determinar si Errejón será enjuiciado o no. Pero, ¿Quién es Adolfo Carretero?, ¿Qué es lo que hace que su intervención en la instrucción sea determinante?, ¿ Cuales han sido las resoluciones más mediáticas? Son algunas de las preguntas a las que intentaremos darle respuesta.

Un magistrado de casta con más de 29 años en los juzgados de instrucción

Adolfo Carretero Sánchez es uno de esos magistrados cuyos lazos con la judicatura y con el Derecho tienen un origen familiar. En este caso su padre fue el magistrado valenciano Adolfo Carretero Pérez, su padre se licenció en Derecho por la Universidad de Valencia, focalizándose en la Jurisdicción contencioso-administrativa. Al acabar la formación universitaria, inició su recorrido en la judicatura en el año 1953, trabajando en el juzgado de la localidad alicantina de Pego. Más tarde, fue trasladado al juzgado de Albarracín (provincia de Teruel) y seguidamente volvió a la provincia de Alicante, donde estuvo en el de Monóvar.

En el año 1960 ganó por oposición una plaza de magistrado en lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Provincial de Valencia. En 1971, se trasladó a Madrid para ocupar una plaza en la Sala Primera de la Audiencia Provincial y un año más tarde, fue magistrado de las salas Tercera y Quinta del Tribunal Supremo (TS). En 1980 fue designado como miembro del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), del cual en julio de 1985 fue vicepresidente del organismo.

Seguidamente, el 5 de noviembre de 1987 fue nombrado presidente de la Sala Quinta del Tribunal Supremo. Durante esa época, la remodelación de la ley de Demarcación y Planta Judicial produjo la unión de varias Salas del Supremo, lo que llevó a Adolfo Carretero Pérez a ser elegido por el Senado como consejero del Tribunal de Cuentas, del cual el 29 de noviembre de 1990 prestó juramento como nuevo presidente de este organismo, en sustitución de Pascual Sala.

Años más tarde, su hijo seguiría la estela del padre. Adolfo Carretero Sánchez representa a esa cada vez más pequeña proporción de jueces (un 6,5 %, según el último informe del CGPJ) que cuenta con familiares dentro de la judicatura. Valenciano afincado en Madrid, finalizó sus estudios en Derecho y realizó una tesis doctoral por la UNED en el área de Historia del Derecho. Su tesis «El origen histórico del delito de amenazas en España», dirigida por Jorge Montes Salguero, la convierte en una obra clave sobre este tipo penal.

Un momento de la entrevista de Ángel López al juez Adolfo Carretero (marzo de 1995) / Miguel Ballesteros/ LaLanzadigital

Tras finalizar sus estudios, el ejercicio de la abogacía y la docencia universitaria, entró en la judicatura por concurso de méritos en el año 1992, siendo su primer destino el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Vadepeñas (Castilla la Mancha). Tras ello, en el año 1995, fue trasladado al lugar desde donde ha realizado casi toda su carrera judicial, la Comunidad de Madrid. Ejerciendo en las plazas de Coslada y Fuenlabrada (donde llegó a ser decano) hasta llegar al de Instrucción número 47 de Madrid en el año 2011 y desde dónde actualmente sigue ejerciendo.

Anuncio del BOE decretando la entrada de Adolfo Carretero en la carrera judicial.
Nombramiento de Adolfo Carretero como juez decano de Fuenlabrada.
Nombramiento de Adolfo Carretero como titular del Juzgado de Instrucción nº47 de Madrid.

Todos los que hemos trabajado en la Justicia, ya sea como letrado, en mi caso, sabemos lo que supone vivir una instrucción «en el 47». Como letrado, te encuentras en un entorno hostil donde el magistrado Carretero se erige como el dios de la sala. Una situación donde la disciplina cuasicastrense que impone hace que letrados, acusados, acusaciones y demás actores sufran el carácter duro, implacable y en ocasiones impertinente que este magistrado destila.

Son muchos los abogados que han descrito a este magistrado, destacando los testimonios recogidos por La Voz de Galicia tras el interrogatorio de Medina y de Luceño en el caso de las mascarillas. «Impulsivo, impaciente y un tanto intransigente». «Directo y excesivo en el tono, algo muy molesto para quienes declaran». «Lo tiene todo menos la templanza y no toma distancia cuando coge un caso con ganas». «En su juzgado hay que contestar a sus preguntas si quieres tener una opción de archivo».

Se trata de un magistrado absolutamente inquisitivo que no deja títere con cabeza y que aplica la ley de manera absoluta. Tal es así que son sonados los casos en los que una persona entra con un simple delito de daños y en un retorcido ejercicio de aplicación legal le suma un delito de estafa, del histrionismo en sala, del hostigamiento en los interrogatorios o de las surrealistas situaciones para recrear en sala accidentes de coche en los procedimientos de delitos contra la seguridad vial.

Sea como fuere, la percepción personal que se puede ver en determinados casos es que Adolfo Carretero actúa más como un fiscal que como un juez de instrucción. Ha de tenerse en cuenta para el lector lego en Derecho, que el juez de instrucción debe de realizar todas las pesquisas para determinar si una conducta es castigable penalmente o no. Mientras que el fiscal es el brazo acusador del estado, asumiendo prácticamente un rol solicitar el máximo castigo posible. En el caso de Adolfo Carretero esta distinción hace aguas, pues toma un enfoque menos «objetivo» y preconcibe la existencia de delito.

Se trata de una forma de impartir justicia poco ortodoxa, pero que causa que, cuando un letrado tenga que acudir «al 47», sepa que va a tener una dura papeleta a la hora de lidiar con este magistrado. Su tono, agresivo y punzante, y sus preguntas, incisivas e irónicas, pone contra las cuerdas a los acusados, teniendo en cuenta que varias de las preguntas y el tono en que se formulan pueden suponer una falta de respeto para con el justiciable.

Para Carretero estar en el foco mediático no es ningún inconveniente, son muchas las causas polémicas que este magistrado a ha llevado. Así lo ha expresado en una entrevista «Es absurdo decir que los medios no influyen para nada en los jueces. Sin embargo, yo puedo asegurar que los jueces juzgan en conciencia los casos con independencia del clamor mediático. Lo tienen en cuenta, pero ellos deciden conforme a la ley», aseguraba Carretero en una entrevista.

Entrevista Adolfo Carretero/ YouTube Reina Millán (Youtube)

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