Las elecciones en EEUU del año 2024 marcan un hito en la historia del país y de EEUU. Estamos ante unos comicios donde la situación geopolítica mundial es delicada y donde el alto nivel de polarización social marcan la agenda política de la primera potencia del mundo. En un país con 333 millones de habitantes la realización de los comicios se erige como una complicada tarea, también nos encontramos ante un país donde el bipartidismo de republicanos y demócratas se encuentra ampliamente asentado. No obstante, existen otras opciones políticas que pasan totalmente desapercibidas por los medios de comunicación
Si les hablamos del Partido Verde, los libertarios o el Partido de la Constitución quizá no conozcan a quienes nos estamos refiriendo, pero el abanico de partidos políticos en EEUU es muy amplio. Aunque son opciones que son cuanto menos minoritarias o marginales son partidos que tienen su nicho electoral y se presentan a las elecciones norteamericanas. Abrirse hueco en un sistema político de este calado resulta una labor titánica, teniendo en cuenta que los grandes partidos abarcan un amplísimo espectro de sensibilidades políticas.
El Partido Libertario, minarquismo y libertad económica individual al 100%
El tercer partido en discordia en EEUU es el Partido Libertario. La ideología libertaria siempre ha tenido un fuerte nicho electoral en EEUU, a nivel internacional el presidente de Argentina, Javier Milei, ha dado un impulso a esta ideología convirtiéndose en un referente internacional del anarcocapitalismo. Se trata del partido ajeno a los dos grandes que más repercusión electoral ha tenido.
El Partido Libertario fue fundado en 1971 y, a pesar de la campaña presidencial de 1988 en la que el candidato Ron Paul ganó relativa notoriedad (en la que obtuvo 0,47% de los votos) prácticamente nunca ha tenido una relevancia política de entidad . Es un partido político que promueve las libertades civiles tanto a nivel individual como a nivel económico, se opone al intervencionismo estatal de EE.UU en los asuntos de otros países, defiende la libertad económica salvaje y se opone a todas las políticas relativas al asistencialismo estatal.
Desde su importante resultado electoral cosechado en el año 1980, así como la deserción de Koch a los republicanos en 1984, la actuación electoral del Partido Libertario es prácticamente residual en comparación con los grandes partidos. De hecho, solo superaron el umbral del millón de sufragios en los comicios de 2012, con el antiguo gobernador de Nuevo México, Gary Johnson, a en la cabeza.
El gran resultado cosechado en 2012, hizo que en el año 2016 Gary Jonhson repitiese acompañado por el antiguo gobernador de Massachusetts, Bill Weld, y alcanzaron el máximo resultado del partido con un 3,29% del total nacional, superando los 4 millones de votos. Los libertarios defienden posiciones económicas próximas a la doctrina del laissez faire ( no intervencionismo estatal en la economía) que los republicanos, pero su progresismo en materia social resulta atractivo para votantes demócratas.
Sin embargo, diferentes encuestas muestran que en 2016 el partido capturaba ligeramente más apoyo conservador que progresista, por lo que Johnson no fue tachado de culpable en el fracaso de Clinton, a diferencia de Stein. Se trata de un partido que incluso tiene segmentos de votantes que apuestan por el anarcocapitalismo, una doctrina económica que apuesta en última instancia por la eliminación del estado en favor de una sociedad libremente organizada y sin estado con las empresas privadas como ente rector para proveer los servicios básicos.
La polarización causada durante el gobierno de Trump parecía el preludio de un auge libertario, y en 2020 el congresista por Míchigan Justin Amash se convirtió en el primer congresista libertario de la historia tras abandonar el Partido Republicano y afiliarse al mismo, aunque no presentó a la reelección en 2020. El anuncio de una posible candidatura presidencial libertaria por parte de Amash hizo saltar las alarmas de Biden y Trump, debido a la relevancia del estado en los próximos comicios.
Finalmente fue la veterana activista libertaria Jo Jorgensen y el polémico Spike Cohen los encargados de liderar el partido el próximo noviembre como alternativa a ambos políticos. Cohen es un actor político próximo a Vermin Supreme, una figura libertaria famosa por llevar una bota en la cabeza y un cepillo de dientes gigante como accesorio, ambos llegaron a decir que regalarían ponis gratis a los ciudadanos. Los más de 600.000 militantes del Partido Libertario quedan, por lo tanto, sin una opción sólida al bipartidismo y al establishment político, y su débil poder regional no parece que vaya a consolidarse. En dichas elecciones obtuvo 1.865 858 votos.
Para los comicios de 2024 los libertarios presentan a Chase Oliver es un activista político y político estadounidense quien nació en Nashville, Tennessee. Chase Oliver es conocido por su trabajo con el Partido Libertario y es el candidato del partido para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024. Antes de su carrera política, Oliver trabajó en el negocio de los restaurantes durante 13 años. Se involucró en el activismo político y se unió al Partido Libertario en 2010. Oliver se ha postulado para cargos públicos varias veces, incluida la elección especial de 2020 para el 5.º distrito del Congreso de Georgia y la elección del Senado de EE. UU. de 2022 en Georgia.
Oliver es conocido por su postura a favor de las armas, de la reforma policial y del derecho a decidir. También es abiertamente gay y ha sido descrito como un candidato «armado y gay». Su activismo incluye hablar en contra de la militarización policial y abogar por los derechos de las personas sin hogar.
Partido Verde, la ecosocialismo por bandera
Otra de las cuestiones que pesan en el debate ideológico en EEUU es el asunto de la ecología. Este asunto y los debates sobre sostenibilidad y viabilidad económica son puntos cardinales para el partido verde y unos de los puntos más relevantes para los partidos tradicionales. Pese a la importancia de esta cuestión la creciente polarización ha relegado estas temáticas a un segundo plano siendo la economía, inmigración, aborto y batalla cultural los puntos fuertes de los partidos Demócrata y Republicano.
El surgimiento del movimiento político verde en el sistema electoral americano lo tenemos en 1996, cuando el académico Ralph Nader encabezó una su órdago presidencial con la activista nativa Winona LaDuke tras la primera convención presidencial del partido en California.
Sin embargo, los movimientos ecologistas en Estados Unidos comenzaron 10 años antes, inspirados por la creación de partidos verdes y tomando como figura los movimientos verdes alemanes. En la antigua Alemania Occidental, los verdes de Petra Kelly habían conseguido 27 escaños en sus primeros comicios en 1983, y muchos activistas estadounidenses veían posible extrapolar dicho movimiento. Dichas aspiraciones comenzaron a materializarse en la primera mitad de la década de los ochenta, especialmente tras la fundación del primer Partido Verde en el estado de Maine en 1984.
Los verdes obtuvieron relevancia nacional en el año 2000, cuando Nader y LaDuke se presentaron por segunda vez a las elecciones presidenciales. A principios de los 2000 se jugaba la continuidad demócrata con la candidatura de Al Gore, quien fue antiguo vicepresidente con Bill Clinton, o la vuelta de los republicanos a través de George W. Bush, hijo del último presidente conservador.
El escándalo sexual del presidente saliente, que le supuso un juicio político o impeachment por parte de la Cámara de Representantes, afectó a la candidatura de Gore. Finalmente, el presidenciable demócrata ganó el apoyo popular, pero la reducida victoria de Bush en Florida (tan polémica que fue revisada judicialmente que hasta alcanzó la Corte Suprema) le impidió alcanzar los 270 votos electorales. La diferencia entre Bush y Gore en el estado fue de menos de 600 votos, por lo que Nader y LaDuke, que consiguieron casi 98.000, siendo los acusados de brindar la presidencia al candidato republicano y defensor del petróleo.
La pieza central de la campaña del Partido Verde es su propuesta de un “New Deal” Verde, un camino para salir de la crisis económica a través de la sustentabilidad y la justicia social. Una serie de reformas que contrasta fuertemente con la continuidad neoliberal de los Demócratas. Garantiza el derecho al pleno empleo con salarios dignos. Un sistema de salud universal, un plan de viviendas accesible y el uso de las ganancias del estado democrático.
En las reformas ambientales defiende la “inversión de negocios verdes… con énfasis en las pequeñas compañías locales”. Promete un gran presupuesto para la investigación de energía renovable y afirma que los trabajos verdes serán la fuente del pleno empleo.
El Partido Verde ha ganado elecciones a nivel local; aunque la mayoría de sus candidatos participaron como independientes o en la elecciones no partidarias (donde los candidatos no eran asociados en las papeletas con ningún partido político). El Partido Verde prioriza el ambientalismo, la descentralización y autonomía local, y mantiene un compromiso con la democracia participativa no jerárquica. Es por esta razón que no sorprende que la fuerza del partido no provenga de una organización o comité central nacional.
Para los comicios de 2024 el Partido Verde propone a Jill Stein. Se trata de una una médica, activista natural de Chicago . Stein es mejor conocida por su trabajo con el Partido Verde y sus múltiples candidaturas a cargos públicos . Se graduó magna cum laude de la Universidad de Harvard en 1973 y posteriormente de la Escuela de Medicina de Harvard en 1979. Stein se postuló dos veces para la presidencia de Estados Unidos, en 2012 y 2016, y actualmente es el candidata del Partido Verde para las elecciones de 2024.
La plataforma política de Stein se centra en cuestiones como la atención sanitaria universal, la educación pública gratuita, un «New Deal verde» ecosocialista y unos derechos laborales sólidos. También es conocida por su postura pacifista y su defensa de la justicia ambiental y social.
Estos son los otros partidos que se presentan a las elecciones de EEUU, junto a ellos hay varias candidaturas independientes de las que apenas se espera que puedan obtener un gran resultado o llegar a ser decisivas. La más destacable es la de Cornel West, quien es un activista e intelectual socialista que anunció una campaña como independiente después de anunciar inicialmente una candidatura como Partido Popular y luego como candidato del Partido Verde. Su compañera de fórmula es Melina Abdullah, una líder académica y cívica de California.
Partidos tradicionales que se caen en estos comicios
Partido Comunista de EEUU
Aunque parezca imposible el comunismo en EEUU tiene su representación política en un partido histórico, el Partido Comunista de EEUU. El origen de este partido parte del año 1919 en el 8º congreso del Partido Comunista Ruso, y al otro lado del océano se formó el Partido Comunista de Estados Unidos. Partido influenciado por el PCUS
Su influencia en la política fue decisiva durante la Gran Depresión, y fueron parcialmente responsables de la inclusión de aspectos sociales en el conocido como New Deal del presidente Franklin D. Roosevelt (una serie de profundas reformas económicas para paliar los efectos de la recesión) . En la década de los cuarenta, la membresía del partido aumentó considerablemente; en 1941 el líder laboral Peter Cacchione fue elegido para el Consejo Municipal de Nueva York, y en 1942 el Partido Comunista alcanzó los 85.000 afiliados, el mayor récord de su historia. Según el antiguo presidente del partido, en 2016 contaban con cerca de 5.000 afiliados.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría, el Partido Comunista fue atacado y perseguido por sus vínculos con la Unión Soviética. La elección de Joseph McCarthy en 1947 como senador por Wisconsin fue un terrible presagio para los comunistas. Su continua purga contra supuestos simpatizantes comunistas caracterizó su carrera política, y dicha cruzada recibió el nombre de macartismo.
El futuro del partido se vio comprometido por la Ley de Control Comunista de 1954, que prohibía su existencia. Finalmente, esta decisión nunca fue implementada, pero se convirtió en una clara muestra del rechazo social al comunismo. En 1957, el senador McCarthy falleció, lo que rebajó la presión hacía el partido; sin embargo, el Partido nunca alcanzaría la popularidad anterior a la Guerra Fría.
Las elecciones presidenciales de 1980 y 1984 convirtieron a la célebre filósofa Angela Davis en vicepresidenciable comunista, pero su candidatura conjunta con Gus Hall no alcanzó el 1% del voto nacional. Los últimos años han sido complicados por lo que el Partido Comunista ha tratado de capitalizar el auge en la izquierda en EEUU sin éxito, aunque con escaso éxito. En 2019 fue la fecha de su centenario, y en su convención nacional en Chicago demostró su compromiso con recuperar la influencia perdida en los movimientos sociales estadounidenses.
En los comicios de 2024 no presentaron candidato y apoyaron abiertamente a la candidatura demócrata tanto con Biden como con Kamala Harris.
Partido de la Constitución, cabeza política de la Alt-Right
Hablamos de un movimiento nacido en 1991 que trata de dirigir al país de acuerdo con el mandato de una Constitución con más de dos siglos de antigüedad y bajo los parámetros de la Biblia . Uno de sus fundadores, así como candidato presidencial en tres ocasiones, fue el líder neoconservador Howard Phillips, defensor de un Gobierno limitado, una concepción familiar tradicional y radicalmente contrario al aborto. Phillips era ya un conocido referente dentro del movimiento conocido como “Alt-Right”, que influyó en la radicalización del Partido Republicano y marcó el auge del ala conocida como el Tea Party.
Pese al creciente auge de los movimientos de extrema derecha, el Partido de la Constitución siempre ha sido residual. En ninguno de los comicios presidenciales a las que se ha presentado desde 1992 ha alcanzado más del 0,2% de los votos, y el candidato presidencial de 2020, Don Blankenship, estuvo un año en prisión por vulnerar los parámetros de seguridad ambiental relacionados con la explosión de una mina.
Mientras estaba en la cárcel, Blankenship publicó un libro donde se describe como un “prisionero político estadounidense”. Con un Partido Republicano cada vez más escorado a la derecha, es difícil que el Partido de la Constitución amplíe su reducida base de votantes ( entorno a 118.000 en 2020).
Pese al reducido impacto del Partido de la Constitución, la «alt right» estadounidense ha marcado el rumbo político en diferentes momentos de la historia. Diferentes figuras de los dos partidos mayoritarios pueden ser consideradas cercanas a la extrema derecha de EEUU. El presidente demócrata Andrew Johnson (1865-1869) o el representante republicano de Iowa Steve King (recientemente derrotado en las primarias del estado) son dos claros ejemplos de dicha radicalización dentro del bipartidismo.
Sin embargo, su mayor exponente fue George Wallace, antiguo gobernador demócrata de Alabama. Wallace llegó a presentarse a las presidenciales de 1968 con el Partido Independiente Estadounidense y alcanzó los 46 votos electorales. Algunos otros ejemplos de extrema derecha estadounidense son el Partido de la Prohibición, contrario a la producción, transporte y venta de alcohol y tabaco, o el Partido Estadounidense de la Libertad, contrario a la “homosexualidad radical” y a la “demonización de los hombres en los medios de comunicación”. Pese a la variedad existente en la extrema derecha, ninguno de estos partidos tiene poder real en la política estadounidense.
Como hemos podido observar la incidencia electoral de estos partidos es muy puntual e incluso residual. Si bien, hemos tenido pequeños atisbos de evolución hacia un sistema multipartidista, poco a poco la polarización creciente en EEUU ha hecho que los grandes partidos amplíen su espectro ideológico. De esta manera, si bien los demócratas han abarcado el espectro socialdemócrata tradicional e incluso posiciones de centro-izquierda o izquierda tradicional. En muchos casos este espectro se abarca posiciones socialistas encarnadas en Berni Sanders o posiciones asociadas a la izquierda woke y a posiciones minoritarias.
Por su parte en el partido republicano tenemos la misma tendencia, si bien el espectro tradicional de este partido abarca el centro-derecha y el conservadurismo liberal clásico ahora se asumen postulados relativos al populismo de derechas, la alt-right, el libertarismo y el paleoconservadurismo. Estos movimientos quedan eclipsados y el bipartidismo se consolida en EEUU