El 23 de enero de 2020, más de 18 millones de personas se conectaron para ver en directo a través de la web de la cadena estatal china CCTV cómo se iniciaba la construcción de un hospital a las afueras de Wuhan. La ciudad había sido cerrada por un misterioso virus que, aunque aún no tenía nombre, ya había colapsado las urgencias de los principales centros médicos. Los espectadores seguían con asombro el avance de una obra monumental que prometía estar lista en tan solo 10 días: un hospital de 25.000 metros cuadrados con capacidad para 1.000 camas.
Un ejemplo de rapidez sin precedentes
El hospital fue terminado en el tiempo prometido, al igual que otro con 1.600 camas que se construyó en Wuhan en apenas una semana. Mientras el mundo aún no era consciente de la inminente pandemia, China impresionaba con su capacidad para levantar infraestructura sanitaria a gran velocidad. Estos centros fueron llamados «Arcas de Noé» por la prensa china, un término acuñado en 2003 durante la epidemia de SARS, cuando se levantó el Hospital Xiaotangshan en Pekín en solo siete días, con más de 2.300 camas.
La expansión de los «superhospitales» en China
China, un país con una población de más de 1.410 millones de personas, cuenta con una vasta red de hospitales. Se estima que hay alrededor de 35.000 hospitales públicos y 21.000 privados, concentrados principalmente en las zonas urbanas más modernas. En emergencias sanitarias, como sucedió en Wuhan, algunos de estos hospitales se construyen en días y se desmontan rápidamente una vez que dejan de ser necesarios. Sin embargo, también existen centros gigantescos que han crecido con el tiempo.
Entre estos se encuentra el Primer Hospital Afiliado de la Universidad de Zhengzhou, considerado el más grande del mundo, con 500.000 metros cuadrados y más de 7.000 camas. Este centro ha llegado a realizar más de 250.000 cirugías y atender a 350.000 pacientes en un solo año. Otro hospital destacado es el Hospital Internacional de Xi’an, que se extiende por 530.000 metros cuadrados y cuenta con 5.000 camas. Este centro incluye un sistema de transporte interno para facilitar el desplazamiento de los pacientes entre sus diferentes áreas.
Los hospitales flotantes de China
China también ha desarrollado hospitales móviles, como el barco-hospital «Silk Road Ark» del ejército chino, que debutó en julio de 2020 en misiones humanitarias y de respuesta a desastres en el Mar de China Meridional. Este buque de 10.000 toneladas tiene capacidad para atender a 500 pacientes y realizar hasta ocho cirugías simultáneas, demostrando la versatilidad del sistema sanitario chino incluso en el mar.
La respuesta ante una población envejecida
El crecimiento de los grandes hospitales en China se debe, en parte, a la creciente necesidad de atender a una población envejecida. En la actualidad, casi una cuarta parte de los ciudadanos chinos tienen 65 años o más. Los demógrafos han advertido que en los próximos 10 años, aproximadamente 300 millones de personas dejarán la fuerza laboral, lo que incrementará la presión sobre el sistema de salud. Por ello, las autoridades locales han acelerado la construcción de hospitales, incluidos en zonas rurales.