Tratamiento contra el cáncer de mama en el Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona. Archivo EFE/ Quique García
El Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación de una nueva inmunoterapia para distintos tipos de cáncer, que sustituye la infusión intravenosa actual por una inyección subcutánea, reduciendo así el tiempo de administración del tratamiento de 60 a 7 minutos pero sin perder su eficacia. “Es una nueva inmunoterapia contra el cáncer menos invasiva y más eficaz”, ha señalado la ministra del ramo, Mónica García, en X.
Los pacientes reciben el pinchazo de atezolizumab en el muslo cada tres semanas sin necesidad después de permanecer en observación, lo cual redunda no solo en su confort, sino en un ahorro de recursos para el Sistema Nacional de Salud. Hasta ahora, el fármaco estaba autorizado pero para administrar por vía intravenosa. Dolores Isla, jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital Lozano Blesa de Zaragoza, ha valorado este avance: «Es una reducción de costes en todos los sentidos».
De hecho, la llegada de atezolizumab a la sanidad pública se ha producido en un tiempo récord, ya que fue autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) el pasado mes de enero, con las mismas nueve indicaciones que el fármaco intravenoso para tratar distintos tumores de pulmón, hígado, vejiga y mama.
Reduce la duración del tratamiento
En concreto, la inmunoterapia desarrollada por Roche está aprobada para algunas de las formas de cáncer más agresivas y difíciles de tratar, como son el cáncer de pulmón no microcítico en estadio inicial (en este caso como adyuvante) o para diversas formas del metastásico; carcinoma hepatocelular; cáncer de mama triple negativo metastásico o sarcoma de partes blandas alveolares, entre otros.
Este nuevo procedimiento reduce a prácticamente la mitad las seis horas que la persona pasa en el centro de día con la vía intravenosa entre que llega, se somete a análisis de sangre, obtiene los resultados, se prepara el material, se somete a la infusión y permanece en observación.
A diferencia de la infusión, que se prolonga entre 30 y 60 minutos, la inyección apenas dura entre 4 y 8. Aunque su aprobación se limita a su administración en el ámbito hospitalario, el futuro de este fármaco está en los domicilios o en los centros de salud y, de hecho, ya hay en marcha un estudio en esta dirección. Según el estudio IMscin002, la vía subcutánea es la preferida por el 79 % de los pacientes, porque la encuentran menos invasiva, dolorosa y molesta, lo que repercute en una mayor calidad de vida y una mejor adherencia terapéutica.
Nueve de cada diez profesionales sanitarios coincidieron en que la inyección es fácil de administrar y tres de cada cuatro afirmó que podría ahorrar tiempo a los equipos sanitarios.