El número 1 de Se acabó la fiesta a las elecciones europeas, ‘Alvise’ Pérez, ejerce su derecho al voto en Sevilla este domingo. EFE/RAÚL CARO
La entrada en el Parlamento Europeo del agitador Luis Alvise Pérez, quien ha emergido en el campo político institucional a través de una comunidad forjada en Telegram, le permitirá dilatar los procesos judiciales a los que se enfrenta. El partido de Alvise, Se Acabó la Fiesta, ha llegado a los 800.000 votos y ha conseguido tres actas de eurodiputados: más que Podemos, Junts o el PNV (CEUS).
Sin programa electoral, las propuestas de Alvise se han basado en promesas vacías y superficiales como la persecución de corruptos y criminales, aunque su propuesta estrella era meter en la cárcel a Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno.
Pese a que es el primer cargo institucional que ostenta Alvise, el agitador lleva vinculado a la política desde hace tiempo. Comenzó en UPyD pero se dio a conocer en 2017, momento en el que comenzó a ejercer de responsable de gabinete de Toni Cantó en el Parlamento valenciano hasta 2019.
Tras el colapso de Ciudadanos y la fuga de Toni Cantó hacia la madrileña Oficina del Español, impulsada por Ayuso, Alvise empezó a centrarse en la comunicación política en el mundo cibernético y a forjar relaciones de colaboración con agitadores ultras que acostumbran a diseminar bulos. Comenzó a conducir campañas financiadas y amparadas por Hazte Oír e incluso llegó a participar en los rezos enfrente de clínicas abortivas, consiguiendo un premio de Hazte Oír en 2021 por su participación en ellas.
Alvise ha tenido que indemnizar a numerosos cargos públicos
El momento de la pandemia supuso un trampolín para la popularidad de Alvise. En esa época, FACUA destapó un negocio gestionado por él, dedicado a la venta online de merchandising para pedir la dimisión del Gobierno en bloque. De ese caso salió relativamente indemne, ya que pese a las flagrantes infracciones, un año después de las denuncias, la decisión de la Agencia Española de Protección de Datos fue de la de castigarle con una simple sanción de apercibimiento.
No le fue tan bien en la denuncia que presentó contra él José Luis Ábalos. El exministro acabó ganando la causa, cuya indemnización ascendía a 60.000 euros más costas. También le ganó una demanda Manuela Carmena. Alvise tuvo que indemnizar a la exalcaldesa de Madrid por afirmar en Twitter en 2020 que había recibido un respirador personal en su casa en lo peor de la primera ola de la pandemia. Ana Pastor o Rubén Sánchez, son otros de los rostros populares que han demandado a Alvise.
El aforamiento que le permitirá dilatar sus procedimientos judiciales
En la actualidad, se enfrenta a una causa abierta desde hace tres años por difundir una falsa PCR del entonces ministro Salvador Illa. También se le investiga por difundir documentación reservada del caso Kitchen, causa en la que declaró hace unas pocas semanas.
Su elección como europarlamentario tiene como consecuencia que las demandas penales que afronta tengan que trasladarse al Tribunal Supremo y este, a su vez, tenga que emitir un suplicatorio a la cámara de Estrasburgo para juzgarlo. Como poco, ese proceso dilataría los procesos. Es algo que no sólo no oculta, sino que él está pidiendo amparo a sus seguidores para poder hacer lo que él llama ‘justicia’, su presunta lucha contra los políticos.
El propio Alvise lo justificaba así frente a su comunidad: “Si consigo el aforamiento europeo, podré filtrar toda documentación similar sin que la mafia partitocrática trate de incoar diligencias contra mí”.