Nuestra protagonista, originaria de Francia, mujer de cara dulce, sufre obesidad mórbida desde jovencita. Dominic mide 1,45 con un peso de 130 Kg, algo fundamental para explicar los hechos. Ya en la infancia luchaba contra el acoso escolar, pero a pesar de ello nunca fue un problema para encontrar un marido que la adoraba, tener dos hijas y un trabajo que la satisfacía. Matizamos esto ya que sus kilos no frenaron sus posibilidades de hacer una vida totalmente normal y plena.
El tormento que ella vivía era en su cabeza más que en la de los demás, ya que era muy querida en su comunidad. Un matrimonio francés compra una casa y deciden poner una piscina en la parcela. Cuándo empiezan a excavar en el jardín, aparecen unos restos óseos que la policía determinará cómo de dos bebés muy pequeños de edad. Investigando a los dueños anteriores de la casa, se encuentran que eran los padres de Dominic Cottrez.
Ya que Cottrez poseía casa propia, sus padres decidieron ponerla a la venta. Cuándo la policía interroga a esta mujer, no tiene reparos en confesar que son los restos de dos de sus hijos y además los conduce hasta dónde encontrarían hasta seis cuerpecitos más. Estos últimos están escondidos en unos tanques de almacenamiento de gasolina dentro de la propia casa. Estos ocho recién nacidos vinieron al mundo en el período entre 1989 y 2007. Y según nacían, se los quitaba del medio.
Sus versiones ante estos hechos fueron variadas e incluso mintió a todo el mundo durante cuatro años que duró el proceso judicial. Una versión valorada fue que Dominic desde su primer parto odiaba a los médicos ya que le habían recriminado su peso poniendo en peligro la vida de su bebé y de ella misma. Cuando su segundo embarazo fue llevado a cabo, decidió dar a luz en casa y sin revisión alguna. Importante dato que creará controversia es que Cottrez tenía fuertes creencias religiosas católicas y sus abogados utilizaron el argumento de que su fe le impedía usar preservativos o realizar un aborto.
Los vecinos y amigos aseguran que esta familia era devota, agradable y siempre dispuesta a ayudar a los demás. Dominic, una madre amantísima de sus dos hijas. La pequeña comunidad de Villers-au Tetre, ubicada en el centro del campo francés, no fue capaces de asimilar el caso. La mentira que mantuvo durante cuatro años a los abogados y familia inculpaba a su padre en una relación incestuosa desde hacía años. Y, por tanto, los bebés eran hijos del mal y debía deshacerse de ellos. Evidentemente, el ADN de los cuerpecitos concretó que los pequeños eran hijos de su marido. ¿Cómo disimuló Dominic 8 embarazos?
Los partos
Su obesidad le permitía que los embarazos pasaran inadvertidos a su familia. Cuándo el parto era inminente, se atrincheraba en el baño mordiendo un objeto cualquiera de la casa y en cuanto daba a luz, estrangulaba al bebé y lo escondía por la casa mientras no encontraba el momento de salir a enterrarlo.
A unos los dejaba en el cesto de la ropa sucia, debajo de las camas en cajas de zapatos e incluso en cajones del garaje. En ocasiones el hedor hacía sospechar a sus hijas,pero no le daban importancia debido a que poseían varias mascotas e incluso la obesidad de su madre no le permitía asear la casa en condiciones. Según la defensa de Cottrez, ella padece problemas psicológicos y neurosis probada desde la depresión postparto de su primera hija. Otro argumento de los abogados se basó en que Dominic nunca se complació de lo que hizo y gracias a ella encontraron los cuerpos con colaboración total, pidiendo la reducción de la posible condena a la mitad.
Con la obligación de ponerse a tratamiento psiquiátrico, Dominic Cottrez fue condena a 9 años de prisión. “Todas las noches me levantaba a arroparlos para que no tuvieran frío”, llegó a afirmar. Desde 1984 han salido a luz 12 casos en Francia que siguen este patrón, incluso con el rasgo de sobrepeso. Se asocia con depresión y negación del embarazo lo que dificulta claramente el trabajo de la justicia para determinar las penas que deben cumplir.
Esta condición mental, según los psiquiatras, determina que la mujer no sea consciente psicológicamente de su embarazo(negación), ni siquiera para intervenir el proceso. En este trastorno, las mujeres son capaces de disociarse en el momento del parto y entran en pánico en el momento de dar a luz ya que no tiene constancia mentalmente de estar embarazadas. Están tan convencidas de que es imposible, que una vez que la realidad las golpea, se deshacen de ese hijo que nunca fue aceptado por su mente para restaurar la normalidad en su cabeza. La mente humana es un engranaje muy complejo que, cuándo falla, puede llegar a estos extremos y ,cómo iremos viendo, a razonamientos que una mente sana no puede comprender jamás. Preguntas que nos hacemos después de estudiar este caso.
¿Cómo es posible que el marido no sospechara de algún embarazo tras sus dos únicas hijas, teniendo, cómo se ve, una activa vida sexual? ¿Nunca había nadie en casa cuándo daba a luz Dominic?
