En un comunicado emitido este miércoles, el gobierno de Irán ha negado enérgicamente cualquier implicación en un supuesto plan para asesinar al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. La respuesta de Teherán llega tras afirmaciones de la inteligencia estadounidense que señalaban que el país persa estaba planeando un atentado contra Trump semanas antes del ataque fallido del pasado sábado, que resultó en la muerte de un simpatizante del expresidente.
«Rechazamos contundentemente cualquier implicación en el reciente ataque armado contra Trump o las alegaciones de que Irán tenía planes para llevar a cabo una acción similar», declaró Nasser Kananí, portavoz del Ministerio de Exteriores iraní. Kananí calificó las acusaciones como «sin fundamento» y «malintencionadas», sugiriendo que tienen objetivos políticos maliciosos.
El diplomático subrayó que Teherán está decidido a emprender acciones legales contra Trump debido a su papel directo en el asesinato del general iraní Qasem Soleimani en 2020. Soleimani, comandante de la fuerza Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, fue abatido en un ataque con dron ordenado por Trump en Bagdad, siendo uno de los militares de mayor rango en Irán.
«Irán ha optado por la vía legal para llevar a Trump ante la Justicia», afirmó una fuente de la Misión de Irán ante la ONU, el único canal oficial iraní en territorio estadounidense debido a la falta de relaciones diplomáticas entre ambos países. La fuente enfatizó que «Trump es un criminal que debe ser perseguido y castigado en un tribunal».
Por su parte, un alto funcionario de seguridad nacional estadounidense reveló que los servicios secretos detectaron el supuesto plan iraní hace semanas, lo que llevó a la Casa Blanca a alertar tanto a la campaña de Trump como al Servicio Secreto, que implementó medidas adicionales de protección para el expresidente.
El polémico tiroteo a Donald Trump
Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, señaló que Irán lleva años amenazando a funcionarios estadounidenses en venganza por el ataque que resultó en la muerte de Soleimani. «Como hemos dicho en numerosas ocasiones, llevamos años siguiendo las amenazas iraníes contra exfuncionarios de la Administración de Trump. Esas amenazas emanan del deseo de Irán de vengarse por la muerte de Qasem Soleimani. Consideramos este asunto de seguridad nacional de la más alta prioridad», subrayó Watson.
Estas tensiones se suman a las declaraciones previas del fallecido presidente iraní Ebrahim Raisí, quien afirmó que la umma (la comunidad musulmana) se tomaría la venganza por su cuenta si Trump no era juzgado por el asesinato del general. Además, hace un año, el comandante de las Fuerzas Aéreas de la Guardia Revolucionaria, Amir Ali Hajizadeh, expresó en una entrevista televisiva que buscaban «matar a Trump» por la muerte de Soleimani.
La situación sigue siendo tensa, con ambos países intercambiando acusaciones y amenazas, en un contexto de relaciones diplomáticas prácticamente inexistentes.