La defensa legal de David Sánchez Pérez-Castejón, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha adoptado una estrategia similar a la utilizada por Moncloa para defender a la esposa del presidente, Begoña Gómez, ante las acusaciones judiciales.
Este enfoque, denominado «fango», se refiere a la supuesta utilización «antidemocrática» de la justicia con fines políticos, y ha sido una constante en la respuesta del PSOE frente a cualquier avance en la investigación contra Gómez.
David Sánchez, conocido artísticamente como David Azagra, está siendo investigado en un caso de presunta corrupción. En un escrito dirigido a la juez del Juzgado de Instrucción de Badajoz, su defensa argumenta que se encuentra bajo una «investigación prospectiva» sin una clara delimitación de los hechos que se le imputan, insinuando que hay un componente político en la instrucción. «Abrir un expediente criminal por declaradas causalidades no parece propio de una administración de justicia democrática», reza el documento enviado por su abogado.
El hermano de Pedro Sánchez y su mujer utilizan la misma excusa
La defensa de Sánchez Pérez-Castejón también cuestiona los métodos del «comandante de la Unidad» de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que actúa como Policía Judicial en la investigación. Critican el uso de «verbos en conjugación condicional» en los informes, sugiriendo que las acusaciones se basan en suposiciones, con frases como «habría tenido lugar una serie de actos preparatorios» o «existirían diferentes comunicaciones entre ellos».
Esta táctica recuerda a la utilizada por la defensa de Begoña Gómez, quien también ha cuestionado la legitimidad de las investigaciones en su contra. Antonio Camacho, abogado de Gómez, ha recurrido la citación del presidente del Gobierno como testigo, acusando al juez Juan Carlos Peinado de actuar sin fundamentos claros. Según Camacho, la providencia que cita a declarar a Pedro Sánchez «carece de sentido» y «no se ha exteriorizado» el razonamiento detrás de esta decisión.
El PSOE ha defendido en bloque a Begoña Gómez, acusada de un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, y ahora parece que la defensa del hermano del presidente sigue la misma línea narrativa. La estrategia se alinea con la carta que Pedro Sánchez envió en mayo, donde mencionó la existencia de una «máquina del fango» que actúa en su contra, amagando con una dimisión que finalmente no tuvo lugar.