La Sustancia es la nueva película dirigida por Coralie Fargeat, reconocida directora y guionista francesa, quien se dio a conocer en 2007 con Revenge, un film de venganza que dejó una buena impresión. En esta ocasión, Fargeat vuelve a deslumbrar tras ganar el premio a Mejor Guion en el Festival de Cannes, recibiendo elogios unánimes de la crítica y posicionándose como una de las mejores películas del año. Algunos medios incluso la han calificado como una obra maestra: visceral, salvaje y una experiencia cinematográfica única que no se veía desde hace tiempo.
El film cuenta con un elenco notable, encabezado por la icónica Demi Moore, quien regresa al cine con una interpretación que podría consolidarla como una de las favoritas para la próxima gala de los Oscar. Su actuación es impactante, llena de matices y con escenas que van de menos a más, logrando una de sus mejores interpretaciones en años. Acompañándola está Margaret Qualley, una joven actriz de 29 años que también destaca en su papel, y no sería sorprendente verla nominada como Mejor Actriz de Reparto, ya que su actuación es de lo más memorable en lo que va del año. El reparto lo completa Dennis Quaid, quien, aunque en un papel menos convencional, también ofrece una actuación sólida y memorable.
Con un reparto de alto calibre, una directora con gran potencial y críticas arrolladoras, La Sustancia ha resultado ser un éxito en todos los aspectos, y además apunta a arrasar en taquilla. Sin embargo, la pregunta es: ¿de qué trata la película?
Es difícil resumirla en pocas palabras, ya que la obra transita entre lo superficial y lo complejo, abordando una narrativa rica en matices y construyendo un universo propio con sus propias reglas. La trama gira en torno a Elisabeth, interpretada por Demi Moore, una exitosa actriz veterana que, como cualquier ser humano, enfrenta el paso del tiempo: las arrugas, los cambios en su físico, y la inevitable llegada de una nueva generación que amenaza con desplazarla. Consumida por su obsesión por la juventud eterna, Elisabeth descubre un revolucionario producto llamado «La Sustancia», capaz de mejorar sustancialmente la vida de cualquiera.
La Sustancia promete la versión ideal de uno mismo: más joven, más bella, más perfecta. Es un tratamiento revolucionario basado en la manipulación celular que ofrece una transformación radical, convirtiéndote en la mejor versión de ti mismo: más radiante y espectacular que nunca. Esta promesa será el catalizador que marcará un antes y un después en la vida del personaje de Moore, explorando los límites de la obsesión con la perfección y el deseo de inmortalidad.
¿Por qué La Sustancia es tan buena película?
La película destaca por su atrevido y original guion, una propuesta diferente y arriesgada que sorprende en cada momento. La dirección de Coralie Fargeat es impactante; su estilo es inmersivo y brutal, utilizando técnicas que logran sumergir al espectador en la historia de manera única. Se nota especialmente en el uso de primeros planos intensos y en la ocasional perspectiva en primera persona, que nos hace sentir como si viviéramos la experiencia en carne propia, similar a un videojuego. A pesar de contar con pocos escenarios—la casa de la protagonista, un famoso hogar de Hollywood; un plató de televisión; y un baño donde se produce la transformación del personaje—la cinematografía es impecable, con una fotografía que roza lo sublime.
El montaje merece una mención especial; es, sin duda, uno de los mejores del año. La comparación con Requiem for a Dream de Darren Aronofsky es inevitable, ya que Fargeat utiliza planos rápidos y elaborados que evocan la sensación de estar bajo los efectos de una droga, sumergiendo al espectador en un viaje de cambios y transformaciones. Además, la banda sonora acompaña perfectamente los momentos clave, generando tensión y creando una atmósfera inquietante.
Sin embargo, conforme avanza la trama, especialmente en el acto final, la película tiende a desbordarse. Aunque no se podría decir que sea malo, el último segmento no alcanza el mismo nivel de excelencia que el resto. La película podría haber prescindido de unos 15 minutos, ya que algunas escenas se sienten demasiado largas y repetitivas, y el exceso de intensidad en ciertos momentos puede llegar a agotar al espectador. Para quienes disfruten de lo extravagante y lo exagerado, quizás esto sea un punto a favor, pero en mi caso, el exceso me pareció un lastre que le resta impacto al cierre. Aun así, el final es potente, con un toque metafórico y un sello personal que refuerza el carácter autoral de la obra.
En resumen, La Sustancia es un grito visceral contra la obsesión de la sociedad por la superficialidad y los cuerpos perfectos. La película lleva su crítica al extremo, convirtiéndose en un relato salvaje y gore con elementos de horror corporal (body horror) de alta calidad. Lo que comienza como un sueño, poco a poco se transforma en una pesadilla, creando una experiencia cinematográfica inolvidable. Sin duda, es una obra única y especial que quedará en la historia del cine. Mucho ojo con Coralie Fargeat, porque esta directora tiene un futuro prometedor. Sin exagerar, es de lo mejor que ha ofrecido este 2024.