El Congreso de los Diputados rechazó este martes una proposición de ley del PP que pretendía que los condenados por terrorismo tuvieran que rechazar explícitamente la violencia para poder formar parte de listas electorales. La propuesta fue derrotada con 174 votos en contra, 169 a favor y ninguna abstención. En un debate marcado por fuertes acusaciones, los populares atacaron al Gobierno por «pactar con los amigos de los verdugos», en referencia a ETA.
José Antonio Bermúdez de Castro, diputado del PP, defendió la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), argumentando que los condenados por terrorismo deberían ser inelegibles mientras no renuncien a la violencia. También arremetió contra el PSOE, acusándoles de «pactar con los amigos de los verdugos» solo para mantenerse en el poder. Bermúdez también reprochó a los socialistas que horas antes evitaran una votación en el Congreso sobre el proyecto de ley que permitirá que los presos de ETA convaliden las condenas cumplidas en cárceles francesas con las de España. En su opinión, esto fue parte de un «pacto encapuchado con Bildu», calificándolo como una traición a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Bildu, por su parte, rechazó duramente la propuesta del PP. Su portavoz, Mertxe Aizupurua, describió la ley como propia de un régimen dictatorial, y aseguró que «el autoritarismo va en el ADN del PP». Aizupurua añadió que los populares «añoran los tiempos en que sus jueces decidían a quién votar y a quién no», y que no podrán conseguir por la ilegalización lo que no lograron en las urnas.
Sumar también se sumó al carro, alegando que «pretende restringir la participación política por medio de criterios ideológicos«. Así, el grupo heredero de Podemos afirmó que era necesario combatir «las ideas con ideas», sin dar un posicionamiento claro, si bien rechazando la propuesta popular.
En este contexto, Vox fue el único grupo parlamentario que respaldó la medida, aunque su diputado, José María Sánchez García, reconoció que la propuesta «llega tarde y mal». La portavoz del PSOE, Rafaela Romero, también se posicionó en contra, acusando al PP de usar el «fantasma de ETA» para atacar al Gobierno. Romero instó a los populares a «dejar en paz la memoria de las víctimas», alegando que para ellos solo tiene un valor electoral, utilizado «para insultar y deslegitimar al contrario».