El Partido Popular ha decidido apuntar directamente al presidente del Gobierno en su lucha contra la corrupción, centrándose en la figura de Víctor de Aldama, el señalado «cerebro» del caso Koldo. Esta ofensiva, que tiene como telón de fondo las revelaciones más recientes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, pretende poner bajo escrutinio la relación entre Sánchez y Aldama, sobre quien se busca encontrar evidencias concretas de vínculos que comprometan al jefe del Ejecutivo.
Como ha podido saber Vozpópuli gracias a fuentes internas del PP, el principal partido de la oposición va a endurecer su postura en los próximos días. El objetivo de los populares es claro: exigir la publicación del registro de entradas y salidas del Palacio de la Moncloa, con el fin de determinar si Aldama tuvo acceso directo al presidente. «Queremos saber si Aldama iba tan libremente por Moncloa como lo hacía por Transportes y Ferraz», señalan desde el equipo de Alberto Núñez Feijóo, en clara alusión a los supuestos movimientos de Aldama en la sede socialista y en otros ministerios clave.
Caso Koldo y el cerco sobre Moncloa
El origen de esta situación se encuentra en el informe más reciente de la UCO, que desvela detalles relevantes sobre el caso Delcygate y el polémico rescate de Air Europa, ambos acontecimientos con profundos matices políticos y legales. Este informe revela comunicaciones entre Aldama y José Luis Ábalos, entonces ministro de Transportes. Según las pesquisas de la Guardia Civil, se trataría de un entramado de relaciones y contactos que podrían haber llegado hasta el mismo Palacio de la Moncloa, donde, según el PP, se podrían haber realizado encuentros determinantes entre Aldama y miembros del Gobierno, incluyendo al propio Sánchez.
El PP presionará en los próximos días para que se publique el registro de entradas a Moncloa, con la esperanza de obtener pruebas que puedan conectar directamente a Sánchez con Aldama. Esta iniciativa no es nueva. Ya se intentó anteriormente en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado, cuando el PP solicitó los registros de las visitas de Aldama a la sede del PSOE en la calle Ferraz. La respuesta de los socialistas fue un ‘no’ rotundo, con el argumento de que los datos recogidos digitalmente son suprimidos automáticamente tras 30 días, según la normativa de la Agencia de Protección de Datos.
La diferencia ahora, según fuentes cercanas a la dirección del PP, radica en el hecho de que Moncloa es un lugar de dominio público, lo que, según su criterio, cambiaría las reglas del juego en términos legales y administrativos. Esto significaría que, a diferencia de las visitas a Ferraz, los registros de entrada y salida de Moncloa podrían estar sujetos a otro tipo de controles y normas, lo que abre una puerta a una posible revisión más profunda. El PP ya ha manifestado su intención de utilizar estos registros como base para continuar con su ofensiva.
Sin embargo, el Gobierno se ha mostrado tajante en sus respuestas. Desde Ferraz insisten en que los datos personales sobre accesos se destruyen tras un mes, de acuerdo con las normativas de la Agencia de Protección de Datos. «Las imágenes no existen, sencillamente, porque están destruidas», aseguraron fuentes socialistas en su defensa ante las reiteradas solicitudes del PP.
El caso Koldo y las investigaciones en curso por parte de la UCO parecen ser solo la punta del iceberg en la estrategia del PP. Los informes de la Guardia Civil revelan que, pese a los avances en el análisis de los dispositivos electrónicos incautados a Aldama, Koldo García Izaguirre y otros implicados en la trama, queda mucho material por analizar. Más de 170 dispositivos electrónicos fueron incautados en las primeras fases de la investigación, lo que promete arrojar nuevas luces sobre posibles implicaciones de altos cargos del Gobierno en este escándalo.
El PP, consciente del peso de estas investigaciones, está decidido a convertir la relación entre Sánchez y Aldama en el eje de su actuación. Así lo expresan desde el partido, que confía en que los datos por desvelar aporten nuevos elementos que refuercen su postura y sostengan sus acusaciones contra el Gobierno. El trasfondo de este movimiento es claro: el PP está buscando minar la credibilidad del presidente y poner en duda su integridad al vincularlo con un caso de corrupción que ha sacudido al Partido Socialista.