Imagen: Operación policial en Orcasitas-ABC
La Policía Nacional ha desmantelado este jueves uno de los narcopisos más transitados de Orcasitas, en el distrito de Usera. El piso, ubicado en el entorno de la Plaza de la Solidaridad, lleva años operativo y el trasiego de clientes era constante a todas horas, tal y como han denunciado los vecinos de la zona.
Además del trapicheo de estupefacientes, se han producido incluso apuñalamientos en estos dos años de actividad del narcopiso. Los agentes que han participado en la operación iban preparados incluso para tirar la puerta abajo.
Un hombre y una mujer -al parecer hermanos- llevaban el negocio de venta de cocaína. Ambos han sido detenidos, pero según pudo comprobar el programa Buenos Días Madrid sigue estando habitado el domicilio, que en realidad son dos bajos contiguos: el A y el B. Por ello, los vecinos temen que siga teniendo actividad pese a la operación policial de este jueves.
Movilizaciones en otros barrios por la degradación y la delincuencia
El pasado 29 de octubre, los vecinos de San Cristóbal de los Ángeles denunciaban, mediante una cacerolada, la degradación de la zona desde hace años, aunque la situación se ha agravado en los últimos meses.
«A mí me han robado dos veces. Hay peleas todos los días y he llegado a ver armas blancas en la plaza«, cuenta una vecina a Telemadrid. Dicen que es uno de los mayores supermercados de la droga de Madrid. «Si se ve a la entrada de la boca del metro. Siempre hay gente trapicheando aquí en el parque». La degradación, según los vecinos, es absoluta.
«Te roban los limpias. A mí me han robado este año 3 o 4 veces, ya ni compro los de atrás. Te quitan la varilla para limpiar las pipas para fumar. Bajas con los niños, te metes entre los coches para cruzar y hay alguien fumando, pinchándose en el tobillo, en la pierna, en el brazo, donde puedan. De hecho, hay un tío también que tiene varias denuncias de droga, abuso de menores», narra otro vecino.
«En esa esquina dormían, tenían camas, tenían chabolas, tenían colchones, tenían basura. Normalizamos estas cosas y, a la larga, cualquiera pasa y es indiferente. Yo no, yo prefiero que esto esté apto para que los niños jueguen a tenerlo lleno de jeringuillas, preservativos y cosas que he tenido que recoger de aquí», añade una comerciante de la zona.
Es fácil ver el consumo a cualquier hora, incluso frente a los colegios. La droga se suministra en el barrio a través de varios narcopisos okupados y señalados por los vecinos, que piden poner fin a esta situación.