El Grupo Wagner ha generado más de 2.500 millones de dólares con la minería ilegal de oro desde el inicio de la invasión de Ucrania, según un informe del Consejo Mundial del Oro. El PMC ruso ha lanzado una brillante campaña de reclutamiento para reforzar sus operaciones en África, tras su derrota más significativa fuera de Ucrania en Mali, a medida que se profundiza la agitación en naciones como Sudán.
La minería ilegal de oro, fuente de ingresos para Wagner y Rusia
En un informe firmado por el ex viceprimer ministro del Reino Unido, Dominic Raab, el Consejo Mundial del Oro detalla cómo los fondos provenientes de la minería ilegal de oro en África se utilizan para apoyar los esfuerzos bélicos de Rusia. También explica que estos ingresos financian las operaciones del grupo Wagner en naciones africanas ricas en recursos, donde este ha prosperado desde 2018, sosteniendo regímenes frágiles y asegurando el acceso a los recursos naturales, pese a las acusaciones de abusos contra los derechos humanos, incluidas torturas y asesinatos.
El informe advierte que la minería ilícita de oro no solo financia conflictos, sino que también alimenta guerras civiles, el crimen organizado y el extremismo, favoreciendo a grupos como el Estado Islámico y Al Qaeda en la región del Sahel. En Sudán, la minería ilegal de oro ha generado pérdidas de casi 2.000 millones de dólares en ingresos. A nivel mundial, la minería artesanal y a pequeña escala, que representa el 20% de la producción anual de oro, sigue marcada por prácticas peligrosas, como el trabajo infantil y el uso de mercurio.
Campañas de Marketing para fomentar la captación
Si bien el Grupo Wagner capitaliza estas lucrativas empresas, recientemente se ha enfrentado a importantes desafíos. Un video de reclutamiento publicado recientemente retrata las operaciones africanas de Wagner como tecnológicamente avanzadas y de bajo riesgo, mostrando escenas de combatientes camuflados disparando armas, operando drones y conduciendo tanques.
El video concluye con el eslogan «Estamos donde Rusia nos necesita», acompañado de un código escaneable de «Africa Corps», la división rebautizada de Wagner tras la muerte de su fundador, Yevgeny Prigozhin, en agosto de 2023. Sin embargo, el grupo ha sufrido grandes pérdidas. En julio, una emboscada cerca de la frontera de Malí con Argelia mató al menos a 44 agentes de Wagner y tropas malienses aliadas. Los ataques posteriores en la capital de Malí, Bamako, en septiembre, erosionaron aún más la afirmación de Wagner de ser un socio de seguridad superior en comparación con las fuerzas francesas y de la ONU a las que reemplazó.
Actualmente, Wagner opera con unos 1.500 mercenarios en Malí, 400 en Burkina Faso y 100 en Níger. A pesar de sus contratiempos, la expansión africana de Wagner continúa bajo el control del Kremlin, tras su absorción por el Ministerio de Defensa de Rusia. Entre los acuerdos recientes destaca el despliegue de una unidad de 200 efectivos en Guinea Ecuatorial, rica en petróleo, bajo su nueva marca «Africa Corps».
El aumento de la influencia rusa en África
La importancia estratégica de Sudán, uno de los puntos focales para las actividades de Wagner, queda subrayada por su ubicación en la encrucijada del Océano Índico, el Cuerno de África y el mundo árabe. Rusia compite por influencia en el conflicto de 19 meses en curso, respaldando tanto al ejército nacional como a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). Moscú ha suministrado armas al ejército sudanés mientras apoya simultáneamente a las RSF, que cuentan con el respaldo de los Emiratos Árabes Unidos.
El lunes, Rusia vetó una resolución de la ONU que pedía un alto el fuego inmediato en Sudán, siendo el único miembro del Consejo de Seguridad que se opuso a la medida. El secretario de Relaciones Exteriores, David Lammy, condenó el veto como «una vergüenza», mientras que Dmitry Polyansky, embajador adjunto de Rusia ante la ONU, defendió la decisión, citando preocupaciones sobre la soberanía de Sudán. A pesar de que los otros 14 Estados miembros del Consejo votaron a favor del borrador, el veto ruso bloqueó la resolución.
«Este veto ruso es una vergüenza y muestra al mundo una vez más los verdaderos colores de Rusia», dijo Lammy en la reunión en Nueva York. Mientras Wagner enfrenta desafíos operativos y tensiones geopolíticas, el informe del Consejo Mundial del Oro destaca las consecuencias más amplias de la minería ilegal de oro, desde alimentar conflictos hasta permitir el crimen organizado.
El informe recomienda acciones concretas, como investigaciones de la Corte Penal Internacional sobre el comercio ilícito de Wagner, controles fronterizos más estrictos por parte de Interpol y sanciones dirigidas a funcionarios que colaboren con el grupo. Además, insta a las naciones del G7 y el G20 a clasificar los flujos ilícitos de oro como una amenaza sistémica para la seguridad internacional, una designación que podría interrumpir el salvavidas financiero de Wagner.
De acuerdo con The Blood Gold Report:
- En la República Centroafricana (RCA), una empresa fachada de Wagner ha obtenido derechos exclusivos sobre la mina Ndassima, la mayor mina de oro del país, a cambio de sostener un régimen autoritario.
- En Sudán, «la empresa rusa» controla una importante refinería, lo que ha permitido a Wagner convertirse en el comprador dominante de oro sudanés sin procesar, con múltiples informes de aviones de transporte militar rusos enviando oro procesado fuera del país.
- En Malí, los mercenarios rusos son pagados en efectivo—10,8 millones de dólares al mes, según la inteligencia estadounidense, por una junta militar que depende de un pequeño número de empresas mineras internacionales para la mayoría de sus ingresos fiscales. La canadiense Barrick Gold, el principal contribuyente del país, pagó 206 millones de dólares a la junta solo en el primer semestre de 2023.