Imagen: virus de la polio I Getty Images
La presencia del virus de la polio en aguas residuales de ciudades europeas, incluida Barcelona, ha encendido las alarmas en la Unión Europea. Desde septiembre, el patógeno ha sido detectado en cinco países, un hallazgo inquietante en una región donde la enfermedad se consideraba erradicada hace más de 20 años gracias a las vacunas.
Estas detecciones, según el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC), son una señal de que personas portadoras del virus han estado en la zona, lo que puede suponer un peligro para menores no vacunados. Ante esta situación, la principal recomendación es reforzar las coberturas vacunales.
Un patrón de detecciones en cinco países
El inicio de esta preocupante sucesión tuvo lugar en Barcelona el 22 de septiembre, cuando se identificó el virus en muestras tomadas en la depuradora del Besòs. Posteriormente, Polonia comunicó el hallazgo en Varsovia el 18 de noviembre. Apenas 10 días después, Alemania informó de detecciones similares en cuatro ciudades clave: Bonn, Colonia, Múnich y Hamburgo. A finales de noviembre, Finlandia también reportó la presencia del virus en Tampere, mientras que el Reino Unido confirmó casos en Londres, Leeds y West Sussex.
Según el ECDC, los análisis genéticos del virus apuntan a dos posibles explicaciones: la introducción múltiple del patógeno por parte de viajeros procedentes de zonas con circulación activa o una única entrada seguida de propagación comunitaria dentro de la UE. En todos los casos, se trata del poliovirus derivado de la vacuna de tipo 2 (cVDPV2), una forma atenuada del virus que puede mutar y volverse peligrosa si circula en poblaciones no vacunadas.
Sin casos graves, pero con un futuro incierto
Por el momento, no se han registrado casos de parálisis asociados a las detecciones ambientales en Europa. Aunque la mayoría de las infecciones por poliovirus son asintomáticas o cursan con síntomas leves, entre el 1% y el 2% de los casos el virus invade el sistema nervioso central, provocando parálisis flácida aguda (PFA), un síntoma que sirve como principal indicador de su impacto.
Fernando Moragas-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV), advierte que “mientras las coberturas vacunales se mantengan por encima del 95%, no debería haber problemas graves”. Sin embargo, recalca que la situación en España no es ideal: aunque las primeras dosis superan el 95%, las de refuerzo caen al 93% en menores de un año y al 80% en niños de seis años en algunas comunidades.
Medidas inmediatas y recomendaciones del ECDC
Ante la situación, el ECDC ha instado a los países europeos a revisar las coberturas vacunales, identificar posibles brechas inmunitarias y reforzar sus sistemas de vigilancia epidemiológica. En Cataluña, la Generalitat implementó acciones urgentes tras la detección en Barcelona. Las familias de 25.000 niños de entre seis y ocho años que no tenían constancia de haber recibido la cuarta dosis de la vacuna fueron notificadas para que acudieran a completar el calendario vacunal.
Esteve Fernández, secretario general de Salud Pública de la Generalitat, subraya la importancia de estas medidas. “Se alertó a la OMS y a organismos nacionales, y se intensificó la vigilancia en hospitales y centros de salud”, explica. Aunque la situación en Cataluña se considera bajo control, la vigilancia se mantendrá activa.