El sureste asiático se enfrenta a una arrolladora y asfixiante ola de calor que está desencadenando una serie de efectos catastróficos. Las condiciones climáticas extremas, marcadas por un calor abrasador, han llevado a la suspensión de clases, amenazan la infraestructura eléctrica y han provocado un preocupante aumento de enfermedades y fallecimientos. Este escenario crítico subraya los impactos devastadores del cambio climático en la región, exigiendo medidas urgentes para mitigar sus efectos y proteger a las comunidades más vulnerables.
Un embalse lleno de muerte
En medio de esta sofocante ola de calor, que ha establecido récords y ha obligado al cierre de escuelas, un embalse en Vietnam se ha convertido en el escenario de una tragedia acuática.
La superficie de la reserva acuática de Song May, una extensión de 300 hectáreas en la provincia de Dong Nai, se encuentra estos días cubierta por toneladas de ejemplares inertes, una desgarradora imagen que refleja el impacto de la sequía y el calor extremo en la región. Con semanas sin lluvia y un calor implacable que afecta al sureste y sur de Asia, esta triste realidad es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la región.
Temperaturas de hasta 50 grados
Otra muestra de ello es el hecho de que más de tres docenas de distritos de las 77 provincias tailandesas hayan registrado temperaturas récord de hasta 50 grados en abril, con nuevas máximas que superan registros que se remontan a 1958, según datos del Departamento Meteorológico del país.
Declarado el estado de calamidad
Numerosas escuelas en todo el país han sido clausuradas esta semana debido a que se alcanzaron máximas de 53 grados Celsius. La oficina meteorológica estatal informó que casi el 90% de las provincias del país se verán afectadas a finales de abril de 2024. El Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres apuntó que 118 ciudades y municipios han declarado el estado de calamidad y ya se les ha proporcionado una ayuda estimada en 9,2 millones de dólares.
Sobrecarga de los sistemas eléctricos
Además, más de 45.000 agricultores y pescadores, así como 44.000 hectáreas de cultivos, se han visto afectados. Mientras tanto, algunas zonas de Filipinas se enfrentan a una posible interrupción del suministro eléctrico, ya que las altas temperaturas actuales aumentan la demanda de refrigeración y sobrecargan los sistemas eléctricos, según el presidente Ferdinand Marcos Jr.