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22 Nov 2024
22 Nov 2024
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Hércules en los Pirineos

El origen mítico de los Pirineos. Hércules y sus amantes. La voluntad de los dioses y la rebeldía

De Oriente a Occidente, los amores con mujeres sobrenaturales en grutas montañosas y las ramificaciones serpentinas de estos abundan en el mito de Hércules. Si el héroe había regresado a Oriente de la lejana Iberia tras el episodio del robo de los rebaños de Gerión y en las faldas del Cáucaso había combatido con Amazonas o yacido con la mujer-serpiente madre de los Escitas, que le había dado trillizos, en las laderas de los Pirineos, en el cruce de aquel umbral, también le sucedió una interesante aventura amorosa justamente de camino. Es interesante que haya una ligación entre el Hércules con aventuras en la Iberia occidental y el que tiene sus correrías por la oriental.

Hay una especie de encuentro onírico con una mujer serpentina en la gruta, cosa que sucede también en otra leyenda justamente en los Pirineos donde hay otra unión paradójica con una mujer. El mito de la joven Pirene y su unión con Hércules, lo cuenta el autor latino del siglo I Silio Itálico en su poema sobre La Guerra Púnica. El relato está relacionado con la aventura de los elefantes de Aníbal a través de las montañas y explica mitológicamente el origen de los Pirineos con la historia de la ninfa Pirene, epónima de las montañas. Lo narra así (Pun. IIΙ, 420-441): «Estas montañas tomaron el nombre de la hija de Bébrix, víctima de su huésped, el Alcida, quien, en el transcurso de sus trabajos, cuando se dirigía a los lejanos campos de Gerión el de triple cuerpo, fue acogido en el palacio del implacable Bébrix y, enajenado por el ardor de Baco, privó a Pirene de su virginidad y convirtió su hermosura en motivo de llanto.

El dios

Pero fue el dios (si es lícito creerlo), fue el dios, quien causó la muerte de la pobre desdichada. En efecto, después que de la unión engendró una serpiente, temiendo la ira de su padre, abandonó trastornada sus queridos penates. Entonces, sola en una cueva, empezó a lamentar la noche pasada con el Alcida relatando a los sombríos bosques las promesas del héroe, hasta que, entristecida por el amor ingrato de su seductor y extendiendo sus manos para pedir las armas de su huésped, fue despedazada por las fieras. Cuando el héroe de Tirinto regresaba victorioso, bañó con sus lágrimas los desgarrados miembros y palideció, preso de la locura, al reconocer el rostro de la joven que había amado.

La voz de Hércules sacudió las cimas de aquellos montes y estremeció las cumbres; con profunda tristeza gritaba el nombre de Pirene y todas las rocas y las guaridas de las fieras con el eco le respondían «Pirene». A continuación, colocó sus restos en una tumba para llorarla por última vez. El tiempo no podrá extinguir esta honrosa ofrenda y, por los siglos de los siglos, estas montañas conservarán tan lamentado nombre.» (trad. Joaquín Villalba Alvarez)

En efecto, este personaje femenino acaba dando nombre a los Pirineos y también enlaza con el mundo oriental, por provenir de Oriente su dinastía. Ella es la hija de Bébrix, que es también héroe epónimo de un pueblo oriental, en Bitinia, el de los Bébrices.

El mito que transmite Silio Itálico es interesante también porque conlleva el nacimiento de una serpiente que da a luz joven: la mujer y la serpiente forman una pareja mítica arquetípica. En este caso concreto, una mujer que pare un dragón, incluso se puede relacionar con alguna pieza de la historia del arte. Hay una estela en piedra, la llamada “piedra de Oõ”, descubierta en el pueblo de tal nombre los Pirineos centrales –en la región de Bagnères de Luchon– y hoy conservada en el Musée des Augustins de Toulouse, que representa una mujer que da a luz a una serpiente que le muerde uno de los pechos (o que quizá es amamantada por la mujer).

Naturalmente ha sido puesta en relación con la leyenda de Pirene y su cueva. Hay incluso tradiciones que sitúan en la gruta de Lombrives, en el macizo del Cap de la Lesse, en la vertiente francesa de los Pirineos, el lugar del mito. Y en la historia mítica posterior, los gascones se dicen descendientes de Hércules y Pirene, si creemos a la poesía del renacimiento francés. Larga es la sombra de Hércules como ancestros de pueblos en oriente y occidente, de los escitas a los hijos del Hercule Gallois en los Pirineos.

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